Mauricio Macri brindó un discurso esta tarde en Vaca Muerta, donde volvió a verse cara a cara con algunos de los empresarios involucrados en el escándalo de los cuadernos de las coimas, como Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint.
«Vaca Muerta es una revolución positiva y energética para la Argentina», expresó Macri. El jefe del Estado remarcó que Vaca Muerta «se sigue desarrollando» pese a las «tormentas» económicas que enfrenta el país.
«Seguimos enfrentando problemas propios y del mundo y esto se sigue desarrollando. Y no vamos a parar hasta que exportemos 30 mil millones de dólares en gas y petróleo», afirmó.
«Pensar que hace dos años estábamos al bordo del colapso energético. Cambiamos las reglas y aspiramos no solo abastecer a Chile sino al mundo», agregó.
Macri volvió a mostrarse este martes con Paolo Rocca. Fue la segunda foto en diez días del presidente con el dueño de Techint. En la anterior, el empresario admitió abiertamente haberle pagado coimas a funcionarios kirchneristas, pese a lo cual no fue ni citado a declarar como testigo.
Macri visitó la formación Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén, acompañado por varios ministros y por el gobernador Omar Gutiérrez. El mandatario estuvo en el yacimiento Fortín de Piedra, de la empresa Tecpetrol, propiedad de Techint, y en la planta de YPF en Loma Campana.
Techint es una de las compañías involucradas en la causa por las coimas en la obra pública durante el kirchnerismo, aunque una polémica decisión del juez Claudio Bonadio podría dejarla afuera de la investigación e incluso desecharía la confesión de dos de sus directivos, Luis Betnaza y Héctor Zabaleta.
Directivos de la empresa de Rocca aparecían mencionados en escritos de Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta, pero la situación se complicó más cuando el ex titular del Occovi, Claudio Uberti, detalló con mucha precisión los sucesivos pagos de coimas que realizó Techint. Betnaza, el principal operador político de Rocca, admitió ante Bonadio esos pagos ilegales aunque dijo que lo hizo para aliviar la situación de empleados de la compañía que se encontraban en Venezuela cuando Hugo Chávez les expropió Sidor. La sospecha en realidad es que la compañía pagó para que el kirchnerismo les consiguiera un resarcimiento económico más importante.
Lo llamativo es que el propio Rocca admitió esos pagos en el anterior encuentro con Mauricio Macri, en un evento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). Ante el presidente y todo el establishment argentino, el empresario más importante del país confesó el pago de coimas. «No fuimos ni cómplices ni partícipes», intentó aclarar.
