Dos motochorros, Joel Nicolás G. y Lautaro David C., fueron condenados a tres años y un año y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo, respectivamente, por dos robos y otros delitos, en cuatro causas diferentes.
La sentencia fue dictada hoy por la jueza de control santarroseña, María Florencia Maza, a partir de un acuerdo de juicio abreviado presentado por las partes.
En dos de esos hechos, ocurridos el pasado 3 de enero en un lapso de dos horas de diferencia, ambos con antecedentes registrables, actuaron juntos. Primero, mientras circulaban en una moto Honda Wave de 110 cc., sorprendieron a una mujer que caminaba por la esquina de Wilde y José Ingenieros y, ejerciendo fuerza sobre la cartera que llevaba, la golpearon y le sustrajeron una billetera que contenía 10.500 pesos, llaves y documentación personal.
Poco después, en Illia y Evangelista, mientras iban en el mismo vehículo, reiteraron la maniobra y le quitaron a otra mujer, de su cartera, 12.000 pesos, un celular y documentación. Minutos más tarde fueron detenidos en la moto con esos objetos.
Los otros hechos fueron individuales. El 15 de enero, a la madrugada, G. –conduciendo una moto Honda Twister– le apuntó con un revólver calibre 32 a un playero de la estación de servicio ubicada en Ameghino y Chile. Y, accionando el martillo, le dijo “dale, dame la plata que no es tuya” y se llevó 30.000 pesos.
A su vez, a las 48 horas, C. fue detenido en la vía pública, circulando en una moto en cercanías de su domicilio, y se le secuestró un revolver calibre 32, que estaba cargado y listo para ser disparado, sin tener autorización legal para ello.
El abreviado fue convenido por el fiscal Andrés Torino, los acusados y sus defensores particulares, Gastón Gómez y Cesar Augusto Rodríguez. Las víctimas mujeres, informadas del alcance del acuerdo, prestaron su consentimiento; mientras que el playero no pudo ser localizado.
G. recibió tres años de prisión como autor de robo simple, en concurso real con robo simple en grado de tentativa; en concurso material con calificado por el uso de un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no ha podido ser acreditada.
C. fue condenado a un año y seis meses por robo simple, en concurso real con robo simple en grado de tentativa; en concurso material con portación de arma de fuego de uso civil, sin la debida autorización legal. A su vez, Maza les mantuvo la prisión preventiva hasta la finalización del proceso.