Los niños, mujeres y ancianos que se encontraban en la acería de Azovstal, en Mariúpol, ya han sido evacuados, según anunció el Gobierno ucraniano. Con ayuda de la ONU y el CICR se ha conseguido sacar a centenares de civiles de la siderúrgica, todo ello mientras el Ejército ruso continuaba bombardeando estas instalaciones. Por otra parte, desde Kiev también denuncian un ataque aéreo de las tropas rusas sobre un colegio de Belogorovka, en la provincia de Lugansk, en el que han fallecido 62 personas. Además, se han registrado intensos combates en el Donbás, donde Ucrania ha iniciado una contraofensiva en la región de Járkov e Izium, en un intento de forzar al Ejército del Kremlin a frenar el avance hacia Sloviansk y Kramatorsk, los principales bastiones del Ejército ucraniano en la región de Donetsk.
La ofensiva ucraniana también ha conseguido hundir otro barco ruso en Odesa y su defensa antiaérea ha logrado derribar un misil en Poltaba. Esto sucede un mes después del hundimiento del buque insignia de la Flota rusa del Mar Negro, el crucero Moskva, por parte del ejército ucraniano. Anteriormente, Kiev también hundió otro barco ruso, la fragata Almirante Makárov, donde se habría declarado un incendio cuando surcaba las aguas del mar Negro.
El ataque de un colegio se registró en Belogorovka, en la provincia de Lugansk, denuncia el gobernador civil-militar de la región, Serhii Haidai.
Las llamas fueron extinguidas unas cuatro horas después y fue entonces cuando se descubrieron los cuerpos entre los escombros. Otras 30 personas fueron sacadas de entre los restos del edificio, siete de ellas heridas.