Las nuevas estimaciones macroeconómicas del Gobierno que se filtraron en un documento interno del ex Ministerio de Hacienda -a partir de hoy Economía- calculan una inflación del 42% para este año y una caída del PBI de 2,4%. Un escenario durísimo donde los especialistas descuentan que el impacto sobre las principales variables sociales va a ser muy significativo.
«Todas las mediciones que vos quieras buscar desde el punto de vista social van a ser muy malas. La inflación es uno de los factores que más le pega de lleno a la medición de la pobreza. Pero en definitiva estos números te están marcando una realidad donde era imposible pensar que la actividad económica no se iba a destruir. No nos olvidemos que teníamos pensado crecer más de un 3% este año, es una caída descomunal», subrayó el analista de mercados Christian Buteler.
De hecho, el Presupuesto del año 2018 proyectaba un aumento del PBI del 3,5%, lo que marca una actualización a la baja de casi 6 puntos porcentuales.
«La caída del PBI afecta directamente al mercado de trabajo y en la medida que estas devaluaciones se van trasmitiendo a precios va a profundizar una suba de la pobreza que ya veníamos observando en 2018. La pobreza es muy elástica a las crisis, por ende es esperable que suba mucho en estos momentos», explicó a La Política Online el investigador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Eduardo Donza.
De esta manera se estaría revirtiendo la tendencia positiva que se observó en el 2017 de la mano de una suba de los salarios en términos reales y un crecimiento del nivel de actividad. «Hoy tenemos un escenario adverso que es muy diferente al de 2017. Esperemos que puedan aumentar las transferencias del Estado a los sectores más necesitados para poder amortiguar este fenómeno», manifestó Donza.
A diferencia del 2017, en el primer semestre de este año los salarios cayeron en promedio 4,3 puntos porcentuales en términos reales según los datos del propio Ministerio de Trabajo, producto de una suba nominal del 23,9% contra una inflación interanual que en ese momento se ubicaba en 29,5%, lo que infiere que al llegar al 42% la inflación no hará más que intensificar la pérdida del poder adquisitivo.
La magnitud de este fenómeno recién podrá ser analizada a mediados de 2019 cuando el Indec publique el resultado de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al segundo semestre de este año. «La publicación del Indec sobre el primer semestre girará en torno al 30%, cuando yo calculo que ahora en septiembre ya estamos alrededor del 35%», calculó el diputado del Frente Renovador y ex Viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
«Hay un problema alimentario que es notorio. Es fundamental que el Gobierno congele el precio de los once productos de la canasta básica alimentaria y otorgue una línea de créditos al 2% o el 3% para evitar que las familias que no llegan a fin de mes tengan que recurrir a sistemas de financiamiento usurarios. Con las tasas actuales hoy el crédito es un generador de pobreza», aseguró Arroyo.