Tropas rusas apoyadas por fuego de artillería irrumpieron en una ciudad clave de la región del este de Ucrania que buscan conquistar y libraron combates con fuerzas ucranianas, informaron hoy autoridades.
Severodonetsk, una ciudad industrial, es epicentro de los enfrentamientos en la región del Donbass, cuya captura ha sido fijada por Rusia como objetivo central de esta parte de su ofensiva en Ucrania, luego de retirar las tropas de Kiev, a fines de marzo.
Luego de bombardearla durante semanas, tropas rusas y milicias prorrusas de la región dijeron la semana pasada haber cercado Severodonetsk en su intento de tomarla junto a su ciudad vecina de Lisichansk.
Con la guerra ya en su cuarto mes, el alcalde de Severodonetsk dijo hoy que el enemigo había lanzado un «asalto» a la ciudad de la provincia de Lugansk, y que los combates la habían dejado sin luz ni servicio de telefonía celular.
Severodonetsk es la mayor ciudad aún controlada por Ucrania en el Donbass, una región fronteriza con Rusia que también está integrada por la provincia de Donetsk.
Los bombardeos rusos de los últimos días provocaron repliegues de fuerzas ucranianas de sus posiciones y dejaron atrapados en sótanos a decenas de civiles, dijeron autoridades locales.
El Ejército ruso anunció ayer la captura de Liman, una estratégica ciudad de Donetsk situada 60 kilómetros al este de Severodontesk cuyo control corta una de las pocas vías de abastecimiento de las fuerzas ucranianas en el Donbass.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo anoche que la situación en la región oriental era de una «dificultad indescriptible».
El alcalde de Severodonetsk, Oleksandr Striuk, dijo que ayer hubo combates en la estación de colectivos de la ciudad, y que un centro de ayuda humanitaria no pudo operar debido al alto riesgo.
La ciudad se quedó sin electricidad ni servicio de telefonía celular, y los residentes desafiaban bombardeos para ir a buscar agua a una media docena de pozos que sigue disponibles, agregó, informó la agencia de noticias Ukrinform. Algunas rutas de abastecimiento seguían operativas, dijo.
El alcalde estimó que 1.500 habitantes de la ciudad, que antes de la guerra tenía unos 100.000, murieron como consecuencia de los ataques, de la falta de medicamentos y enfermedades que no pudieron tratarse.