Como no pudo con Portezuelo del Viento, ahora el Gobierno de Mendoza inició gestiones para reactivar una obra hidroeléctrica que le daría un tiro de gracia a la cuenca del río del Desaguadero-Salado-Chadileuvú-Curacó: el dique Los Blancos, sobre el río Tunuyán, afluente del Salado.
El proyecto de Los Blancos quedó en stand by en 2012, cuando fue preadjudicado a la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por José Cartellone Construcciones y la constructora OAS de Brasil. Ahora, el gobernador Rodolfo Suárez recibió a las empresas que fueron preadjudicadas en aquella oportunidad y las autoridades se comprometieron a revisar el estado del proyecto y su viabilidad actual, informó el diario Los Andes.
El proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico de Los Blancos se emplaza sobre el río Tunuyán, a 44 kilómetros al oeste del distrito sancarlino de La Consulta. Consta de dos represas, Los Blancos y Los Tordillos, con sus respectivas centrales hidroeléctricas llamadas Los Blancos I y Los Blancos II. El volumen energético generado por el complejo será 900 gigavatios por hora.
Se estimaba que se crearían dos mil puestos de trabajo en la construcción de las presas. Además la obra estaba valuada en U$S 1.179 millones más IVA. “Este es el monto original al cual se preadjudicó”, afirmó Cartellone.
En La Pampa advirtieron desde un primero momento que si se realiza, la obra perjudicaría gravemente el caudal del río Salado. ¿Por qué? Porque el complejo hidroeléctrico está ubicado en las nacientes del río Tunuyán, que es afluente del Desaguadero-Salado-Chadileuvú -Curacó (los últimos dos nombres son los que adopta el cauce cuando cruza a La Pampa).
Actualmente, por el uso unilateral que hacen las provincias aguas arriba, la cuenca del Desaguadero-Salado se encuentra en un estado de corte total en sus afluentes, produciendo una sequía y un daño enorme en la zona oeste de La Pampa.
A la avanzada mendocina para la construcción de Los Blancos se suma la construcción del dique El Tambolar, en San Juan, por el cual La Pampa ya reclamó el freno de la obra para salvar el río Salado.
El Gobierno de Sergio Ziliotto ha venido reclamando a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que paralice la obra hasta tanto sea revisada bajo parámetros actuales que evalúen y certifiquen que no generará daños ambientales irreparables.
La intención pampeana es que el estudio se realice sobre la cuenca del sistema hídrico Desaguadero – Salado – Chadileuvú – Curacó – Colorado; que se respete el derecho de información pública y participación ciudadana; y que sea aprobado o desaprobado, con carácter vinculante, por todas las provincias integrantes de la cuenca.