El diputado provincial Martín Berhongaray (Frepam, radicalismo) pidió, a través de un proyecto de resolución que presentó en la Legislatura, que se declare todos los 12 de mayo como el Día Provincial de la Concientización y Reconocimiento de la Fibromialgia. Es una enfermedad caracterizada por el dolor y la rigidez de los músculos.
Además, pidió que se disponga que el Ministerio de Salud de la Provincia «articule un conjunto de acciones» tendientes a difundir la enfermedad, su detección y tratamiento oportuno. «Es sabido que un diagnóstico temprano y los tratamientos adecuados contribuyen a reducir los dolores, disminuir algunos de los síntomas acompañantes y mejorar la calidad de vida de los pacientes», argumentó.
Desde el año 1993, cada 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Fibromialgia, patología reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992 y tipificada en el manual de Clasificación Internacional de Enfermedades. Un año después, en 1994, resultó reconocida por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor.
La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Puede ocasionar rigidez generalizada, sensación de inflamación mal delimitada tanto en pies como en manos, y generar hormigueos poco definidos.
También conocida como “la enfermedad silenciosa”, constituye un síndrome clínico de origen desconocido que se caracteriza por un dolor crónico generalizado, síntomas difusos, fatiga, problemas de la memoria y cambios de estados de ánimo. Todo ello repercute directamente en el deterioro de la calidad de vida de la persona que la padece.
Según datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta 10 veces más a las mujeres que a los hombres, presentándose principalmente en la franja etárea representada por pacientes de entre 20 y 60 años. En la actualidad, se estima que repercute entre el 3 y el 6% de la población mundial.
Hasta el momento no se conocen con certeza las causas determinantes de este padecimiento, aunque se concluye que puede estar relacionado a acontecimientos estresantes o traumáticos, lesiones recurrentes, malestares o dolencias.
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino probablemente la despiertan en individuos que ya presentan la anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.