El triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva fue recibido con optimismo en el Gobierno no solo por el impacto del esforzado y épico regreso del líder de PT sino también porque permitirá restaurar el tándem Brasilia-Buenos Aires como base para la integración regional, lo que además sumará un elemento favorable al comercio entre ambos países y al ritmo de crecimiento de la Argentina.
En la Casa Rosada confían en que los efectos positivos de la mayor sintonía política entre ambas administraciones se trasladarán a varios planos, en particular en la esfera económica pero también en el posicionamiento de la región en los debates globales, a partir de la relación de confianza construida entre el Presidente y el mandatario electo del socio mayor del Mercosur.
“Lula entiende las necesidades de la región y, particularmente, la situación de Argentina”, analizó anoche el propio presidente Alberto Fernández al hacer su primer balance en diálogo con Radio 10, y valoró sobre todo la disposición y el interés del líder brasileño por ayudar a la Argentina. “Siempre encuentro comprensión en Lula”, remarcó el jefe de Estado.
El retorno de Lula al Palacio de Planalto -sede del Gobierno Federal brasileño- ofrecerá la posibilidad de una “coordinación permanente”, lo que “facilitaría el intercambio de puntos de vista sobre temas claves de la situación mundial” en favor de los intereses de la región y de ambas naciones en un contexto dominado por la disputa geopolítica entre China y Estados Unidos, y por la crisis alimentaria y energética derivada de la guerra en Ucrania, analizaron fuentes de la Cancillería consultadas por Télam.
La relación de amistad que une a Lula con Fernández, el carácter progresista de ambos líderes y la sintonía en aspectos centrales de agenda internacional contrastan con la gélida relación que caracterizó el vínculo entre las administraciones de Alberto Fernández y el ultraderechista Jair Bolsonaro.
En medio de la campaña presidencial, Lula acusó a Bolsonaro de encarar una “estúpida” confrontación permanente con la Argentina y advirtió que esas actitudes llevaron a que la mayor parte de Sudamérica prefiriera su triunfo a la reelección del excapitán del Ejército brasileño.
“Tenés a toda Sudamérica queriendo que gane en Brasil para ver si podemos coordinar nuevamente una institución multilateral como Unasur y tratar de discutir proyectos de desarrollo. No podés tener un presidente en Brasil que sigue provocando a Argentina todos los días”, evaluó el líder del PT, para luego recordar que la Argentina es el “principal socio comercial” del gigante sudamericano.
La victoria de Lula, de histórico perfil industrialista, quien en su primer discurso como mandatario electo hizo un guiño al orgullo nacional de la burguesía paulista al asegurar que “Brasil está de vuelta otra vez”, abre en la Casa Rosada expectativas sobre las nuevas prioridades económicas que asumirá el principal socio comercial de la Argentina.