Se desarrolló hoy una reunión histórica para el futuro de una reparación que lleva tiempo de reclamo y proceso: la restitución de los restos de Kalfukurá a su territorio. Serán entregados a descendientes que luego, en una ceremonia, los devolverán a la laguna de Chillhué, en proximidades de Padre Buodo.
La lectura del acta contó con la presencia de la presidenta del Consejo Provincial del Aborigen (CPA), Fernanda Alonso, la secretaria de Cultura del Gobierno de La Pampa, Adriana Maggio, equipos de ambas carteras, expertos de la Universidad Nacional de La Pampa y del Sur, y miembros del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), junto a integrantes de comunidades de distintos puntos del país.
En las instalaciones del CPA tuvo lugar este encuentro que definirá el destino de los restos a restituir por el Museo de La Plata y, paralelo a esto, la definición de una llamada “Ruta de Kajfvkura”, que será una serie de hitos a instalar en diversos puntos del Wallmapu (territorio ancestral mapuche).
«Como fruto del compromiso asumido por la ministra de Desarrollo Social, en su rol de presidenta del Consejo Provincial del Aborigen, hace un año atrás en el trabajo de comisión que cotidianamente el CPA lleva a cabo tomó la decisión de manera consensuada con todos los integrantes de iniciar las gestiones ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) para lograr el encuentro de las comunidades mapuches interesadas en que el cráneo de Klafukurá sea restituido», se informó.
“Ante un Gobierno nacional que hostiga y se ensaña con la política indigenista, venir a La Pampa es un soplo de aire fresco. Agradecemos y celebramos este encuentro para hacer un camino conjunto en esta reparación”, dijo Jorge Nahel, de la Confederación Mapuche de Neuquén.
Calfucurá murió en Salinas Grandes el 4 de Junio de 1873. Lo enterraron en el Valle de Chillhué, en proximidades de Padre Buodo.
Apodado “El Napoleón de las Pampas”, su notable capacidad para la estrategia militar lo llevó a dominar toda la Patagonia oriental y la Pampa, varias décadas del siglo XIX.
En 1879, durante la autodenominada Conquista del Desierto, su tumba fue profanada por soldados del teniente Juan Levalle, quien le regaló el cráneo a Estanislao Zeballos. Este luego lo donó al Francisco Pascasio Moreno (conocido como Perito Moreno) para el Museo de La Plata.
Los restos habían sido reclamados por media docena de comunidades indígenas. Los argumentos que imperaban eran dos: la línea sanguínea -definida por sus descendientes, algunos de los cuales se encuentran en provincia de Buenos Aires y la gran mayoría en Neuquén- y la territorial -determinada por el pedido de que los restos de Kalfucurá vuelvan al Valle de Chillhué, en La Pampa, donde estaba enterrado-.