El papa Francisco encabezó hoy el funeral de su predecesor Benedicto XVI, quien falleció el sábado pasado a los 95 años, en una ceremonia tradicional que se realiza en el Vaticano ante unas 100 mil personas y es concelebrada por 120 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes.
El ataúd de madera de Joseph Ratzinger partió desde la Santa Sede entre los aplausos de los fieles y será enterrado en la cripta donde descansó Juan Pablo II hasta su beatificación en 2011, ocasión en la que su ataúd fue llevado a una capilla de la basílica.
Una vez finalizada la ceremonia, Francisco se acercó al féretro de Benedicto XVI para tocarlo y así despedirlo definitivamente antes de que su viaje final a las grutas del Vaticano.
Momentos después el máximo pontífice destacó la “sabiduría, delicadeza y entrega” de su predecesor.