Una contadora de la Dirección de Rentas de La Pampa, que sufre de atrofia muscular, se quejó públicamente porque la quieren obligar a volver a realizar su trabajo en forma presencial. Ella está haciendo desde hace tres años las tareas desde su casa y solicitó seguir en esa modalidad. Con la visibilización de su problemática, desde el Estado le dijeron que intentarán buscar una solución.
Verónica Martínez, de 44 años, es contadora. Se mueve en silla de ruedas. Madre de dos hijos y amante de los viajes, su discapacidad la impulsó a idear una web que fomenta el turismo accesible.
También trabaja en Rentas. En su cuenta de Facebook, el viernes contó el reclamo que afronta con Rentas. “Todavía no salgo de mi asombro”, escribió.” Tengo que volver a una oficina que no se adapta a mis nuevas necesidades y requerimientos, sólo por el mero hecho de que esté ahí, como sea”.
La Atrofia Muscular Espinal (AME) del tipo II le impide ponerse de pie. Es una enfermedad degenerativa que va originando la pérdida de masa muscular con el paso del tiempo.
“Es una enfermedad neurológica, sumamente cruel que va originando pérdida muscular con el paso del tiempo”, contó.
“Cuando tenía 1 año, gateaba. A los 15 usaba mis brazos para mover la silla de ruedas. Cuando tenúa 25 ya no me peinaba sola. Me recibí de Contadora e ingresé a la administración pública Gobierno de la Provincia de La Pampa. A los 35 me tenían que sostener el vaso y ya era mama Lautaro y Alina”, dijo.
“Hoy, con 44 años, no puedo apretar ni una tecla del control remoto. Me canso en minutos de mover el comando de la silla de ruedas”, expresó.
“Aun con todo esto (no me gusta ver el vaso vacío), me levanto todos los días a las 6 de la mañana para trabajar sin interrupciones durante 8 horas. ¿Y saben qué? Con sólo dos dedos”, dijo.
“La pandemia permitió que pudiera trabajar en forma virtual y demostrar que podía aportar mas que si fuera presencial. Mis compañeros y jefes dan fe de ello”, dijo.
Según contó, por decisión del Ejecutivo, pasada la pandemia de coronavirus, no hay excepciones para que el trabajo ahora no sea presencial. “Tengo que volver a una oficina que no se adapta a mis nuevas necesidades y requerimientos, sólo por el mero hecho de que esté ahí, como sea. Es decir, en todo este tiempo no se evaluó ni valoró mi trabajo ininterrumpido en pandemia, ni mi desempeño laboral. Es decir que nuestros legisladores no adecuaron leyes para el trabajo remoto. No se tuvo lo establecido en la Constitución Nacional y tratados internacionales que establecen prever adecuaciones, apoyos y ajustes razonables para incluir personas con discapacidad”, agregó.
Dijo que, en caso de tener que volver a trabajar en forma presencial, requerirá asistencia. “Trabajar en forma remota, con mi computadora a altura adecuada, con personas que me asisten y con resultados a la vista. Una verdadera inclusión laboral. Quizás están mal aconsejados. Estar en una oficina físicamente no la transforma en inclusiva. Me pongo a disposición para asesorarlos sin honorarios, o les facilito material. Tengo experiencia y también formación suficiente para hacerlo. Espero que en las próximas horas puedan reflexionar, asesorarse adecuadamente y dar un pequeño paso para que La Pampa sea equitativa, justa, seria e igualitaria”, finalizó en su posteo.
Con la viralización de su caso, según dijo posteriormente, el Estado se comprometió a analizar su situación.
