Una vecina de Santa Rosa denunció una estafa a través de SIM Swapping, un delito que les permite a los delincuentes el secuestro del número de teléfono, que le causó el vaciamiento de la cuenta bancaria. La modalidad tiene antecedentes en otras provincias, y ahora también en La Pampa.
Todo sucedió el jueves 23, cuando el teléfono de la mujer dejó de funcionar y se quedó sin red. Llamó a la prestataria del servicio de telefonía y le respondieron que por error le habían vendido su chip a otra persona. “Para el viernes, en ocasión del feriado del 24 de marzo, los estafadores habían realizado nueve transferencias desde su cuenta bancaria, dejándola al descubierto”, denunció la hija de la víctima, que prefirió no dar a conocer su identidad para “no entorpecer” la investigación. “De la empresa de celulares y la entidad bancaria en cuestión ni noticias, ninguna respuesta”, se quejó.
Una vez consumada la maniobra, que consiste en duplicar un chip al tiempo que el original deja de funcionar, los ladrones acceden al correo electrónico del perjudicado o perjudicada y a partir de ahí recuperan contraseñas y datos que los bancos envían por email.
La joven relató molesta que están investigando si su “madre metió mal el dedo”, cuestión que, dijo, no pasó. Su único error fue confiar en el banco porque el dinero no se lo puede llevar a su casa. Lo deposita porque es más “seguro”. “Una vergüenza. El abogado nos dijo que no es un banco, es una banqueta”, fustigó.
Afirmó que la maniobra en perjuicio de su madre no se trató de un fraude, no fue una estafa, no dio datos y no la engañaron. “Fue un robo”, aseguró. Por eso recomendó “tomar recaudos” a la población para que se pueda prevenir, dado que lo único que se necesita para padecer algo así es contar con una cuenta bancaria y una línea telefónica, recursos con los que cuenta la mayoría.
El modus operandi, denominado Sim Swapping (duplicación de SIM o suplantación de la tarjeta SIM), tiene dos condenados en el partido bonaerense de La Matanza, aunque ya está ocurriendo también en Santa Rosa.
La denunciante explicó a Diario Textual que va “cualquiera” a la telefónica haciéndose pasar por el o la titular de la línea, denuncia que le robaron el teléfono y le dan tu chip. En una de las operarias locales, al menos, no validan los datos. Posteriormente el criminal ingresa a la cuenta bancaria, porque la maniobra le permite el secuestro del número telefónico, y la vacía. “El banco no pregunta nada”, lamentó.
Precisó que se madre abrió esa cuenta hace treinta años, tiempo en el que jamás hizo movimientos de esa naturaleza, pero desde el banco no notaron nada raro. “Le vaciaron la cuenta y nos vimos. Así estamos, a la deriva, ahora toca remar”, concluyó en un posteo en redes.