El hombre encontrado en un pozo, parcialmente quemado, tenía al menos dos golpes en la cabeza, según se determinó en la autopsia, dijeron fuentes de la causa a Diario Textual.
Está casi confirmado que el cuerpo de Fabio Bazán, un recolector de basura que estaba desaparecido desde el lunes 27 de marzo, pero se aguardan los resultados genéticos para confirmarlo por parte del Laboratorio de Genética Forense, del Ministerio Público Fiscal. De todas maneras, la familia reconoció parte de la ropa que tenía el cuerpo, sostuvo la fiscal Cecilia Martiní, en conferencia de prensa.
En tanto, todavía no está en claro cuál fue el “móvil” del asesinato. En principio, las cinco personas detenidas no tienen relación con los incidentes, como el robo de caballos y el robo de plantas de marihuana, que presuntamente había tenido Bazán semanas antes de su desaparición.
La fiscal dijo que por el momento tiene un informe preliminar de la autopsia. “El cuerpo tiene dos golpes en el cráneo”, manifestó. Además, estaba quemado.
El fin de semana, testigos aportaron un dato clave: dijeron que una familia que se encontraba en una construcción abandonada de Obras sanitarias, cercana a los piletones, se había retirado sorpresivamente del lugar.
Uniformados de la Policía, entonces, iniciaron el domingo un rastrillaje en ese sector. En un pozo de cemento, cubierto de basura, encontraron el cuerpo. Estaba en avanzado estado de descomposición y parcialmente quemado. Poco después, la Policía comenzó a detener a los sospechosos.
Los detenidos son cinco: tres mujeres y dos hombres, todos de la misma familia. Según dijeron los investigadores, se sospecha que el asesinato se produjo en el sector donde luego lo intentaron ocultar. La fiscal dijo no poder determinarlo aún.
Ayer los cinco fueron acusados del delito de homicidio doblemente agravado: por alevosía y por haber sido cometido por dos o más personas.
