A un año del femicidio de la estudiante pampeana Agustina Fernández, ocurrido en Cipolletti (Río Negro), familiares y allegados a la familia hicieron este miércoles una aplaudida en la vereda del edificio de Dafas -el lugar donde trabaja su papá, Mariano Fernández-, en reclamo de justicia.
El caso aún está en etapa de investigación. El único detenido es Pablo Parra, acusado de femicidio agravado por haber sido cometido con alevosía.
Según la teoría de la fiscalía, el 2 de julio del año pasado Parra ingresó por la parte trasera de la vivienda de Agustina por una escalera que dejó en el patio. Atacó a Agustina a golpes hasta dejarla inconsciente. Las lesiones le provocaron un traumatismo craneoencefálico.
Luego de cometer su objetivo, para sostener su coartada desordenó un sector del dormitorio, se llevó su celular y el de Agustina y se escapó por donde ingresó.
Una vez fuera del departamento subió a su auto y fue a comprar helado, realizó el pago con tarjeta con el fin de reforzar su coartada. Compró cervezas en una despensa y volvió al departamento.

Al ingresar y ver Agustina tirada en el piso fingió sorpresa y acudió a la vivienda de un vecino del piso uno para indicarle que habían herido a Agustina, luego dieron aviso las autoridades sobre un supuesto robo.
Según los informes y los registros visuales se determinó que el femicidio de Agustina ocurrió entre las 19:32 y 19:38. En ese horario los cotejos realizados ubican a Parra en el lugar de los hechos.
El acusado está con prisión preventiva, en Cipolletti.