Las autoridades de Bielorrusia dijeron que el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, está en Rusia y que sus combatientes siguen en Ucrania, semanas después de que lanzara una breve rebelión por una disputa con la cúpula militar de Rusia por la marcha de la guerra.
La revuelta, el desafío más serio en décadas al gobierno del presidente Vladimir Putin, terminó en menos de 24 horas gracias a una acuerdo mediado por el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, que incluía que Prigozhin se exiliara en Bielorrusia.
“En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú, o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, dijo Lukashenko en una rueda de prensa con medios extranjeros en Minsk.
Según él, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”.
Poco después, el vocero de Putin aseguró en Moscú que Rusia no seguía los “movimientos” de Prigozhin.
Según el acuerdo alcanzado con el Kremlin con mediación de Lukashenko, que puso fin a la rebelión del 24 de junio, Prigozhin debía exiliarse en Bielorrusia, un país aliado y vecino de Rusia.
Putin, que, sin nombrarlo, denunció entonces a Prigozhin como «traidor», dio a los combatientes de Wagner la opción de unirse al Ejército regular, irse a Bielorrusia o regresar a la vida civil.
Lukashenko anunció el 27 de junio que Prigozhin había llegado a Bielorrusia y de que él mismo había convencido al Putin de que no lo matara.
“Sé con certeza que está en libertad”, dijo Lukashenko, afirmando haber tenido una conversación telefónica con Prigozhin, quien le aseguró que continuaría “trabajando para Rusia”.
El presidente bielorruso aseguró también que la cuestión de la “reubicación” de Wagner en Bielorrusia «no está resuelta», al tiempo que dijo estar convencido de que el grupo paramilitar ruso no se rebelará ni usará sus armas contra Bielorrusia.
El grupo Wagner ha tenido una destacada actuación en la invasión rusa de Ucrania, anotándose victorias importantes como la toma de la ciudad oriental ucraniana de Bajmut al cabo de la batalla más intensa de la guerra iniciada en febrero de 2022.
En pleno conflicto, Prigozhin insultó varias veces al ministro de Defensa y al jefe de las Fuerzas Armadas rusas, a quienes acusaba de mal manejo de las operaciones militares y de ser responsables de la muerte de cientos de combatientes rusos.
El día que se rebeló, aseguró que lo hacía porque el ministro Serguei Shoigu y el jefe militar Valeri Guerasimov habían ordenado un bombardeo a un campamento de Wagner en Ucrania que mató a 30 de sus combatientes.
De inmediato tomó sus hombres y los dirigió a Rusia, donde se hicieron con el control de un cuartel militar en una ciudad del sur. Desde allí iniciaron una macha hacia Moscú, derribando helicópteros militares y un avión ruso que intentaron detenerlos.
El repentino anuncio de Lukashenko del acuerdo para su exilio puso fin a la insurrección, que había obligado al Ejército a desplegar tanques y soldados en Moscú.
Luego de su motín, el jefe de mercenarios aseguró que no había querido tomar el poder sino proteger a Wagner del riesgo de ser desmantelado por el Estado Mayor ruso.
La noticia de la presencia de Prigozhin en Rusia coincide con fuertes combates en el este y sur de Ucrania al ritmo de una contraofensiva lanzada por el Ejército ucraniano para intentar recuperar territorios ocupados por las fuerzas rusas.
Rusia ha proseguido con sus ataques a distancia por detrás de las líneas de los frentes sur y este, lanzando misiles y drones explosivos hacia varias ciudades cercanas a las zonas de combate pero también a otras mucho más lejanas, como la norteña Kiev.