La petrolera estatal YPF se sumó a los cambios que hizo Shell, Puma y Axion en el arranque de agosto y este miércoles aumentó 4,5% aproximadamente los precios de sus combustibles en todo el país.
Con este nuevo incremento, las naftas y el gasoil acumulan un alza del 40,7% en lo que va del año, contra una inflación que ya superó el 50% en los primeros seis meses de 2023.
En julio, tras la renovación del acuerdo de precios con el Gobierno, se fijaron topes de incremento mensual hasta el 15 de agosto en el marco del programa “Precios Justos”.
Esta es la última suba que se aplica en el marco del acuerdo “Precios Justos” para los combustibles, programa que tuvo dos partes: la primera comenzó en noviembre del año pasado y la segunda, en abril de este año. Sin embargo, el mes pasado, cuando los precios de los combustibles subieron 4,5% en las estaciones de servicio del país, el alza se había aplicado antes de la segunda quincena del mes, sin aviso previo. La metodología se repitió en agosto, con lo cual el aumento se empezó a aplicar desde el primer día del mes.
Paritaria
Los estacioneros y el sindicato de trabajadores de estaciones de servicio y garajes no llegaron a un acuerdo en la reunión paritaria del martes pasado en el Ministerio de Trabajo y la discusión salarial pasó a un cuarto intermedio. La nueva audiencia paritaria está prevista para este jueves.
Según pudo saber Ámbito Financiero, los gremialistas del SOESGyPE, que lideran el co-secretario general de la CGT, Carlos Acuña, y su hijo homónimo, reclamaron un 44% de aumento de sueldos desde septiembre y hasta diciembre próximo, cuando se volverían a juntar las partes. Para casi todo el año buscan que la cifra supere el 109%, en línea con la inflación oficial estimada.
Este incremento que está bajo la lupa se sumaría a los acordados a principios del año 2023, que acumularon un 65%: 15% enero; 10% febrero; 10% marzo; 11% para abril (a cuenta de la futura paritaria); 10% julio (a cuenta de la futura paritaria) y 9% para agosto (a cuenta de la futura paritaria).
Pero el nuevo pedido de los sindicalistas chocó de lleno con las posibilidades de los dueños de las estaciones, que advierten por la baja rentabilidad en el sector, por el importante atraso en la actualización de los precios de venta de los combustibles, la escalada inflacionaria y otros factores que afecta al negocio de las estaciones de servicio.