Renunció Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú. La dimisión llegó en víspera de que el Congreso dominado por el fujimorismo vote una moción de destitución por sus lazos con la constructora brasileña Odebrecht y luego de la supuesta compra de votos para evitar su desplazamiento.
La constructora reveló que había pagado casi cinco millones de dólares para asesorías a empresas ligadas al presidente, cuando era ministro. Además, admitió que hizo aportes de campaña en 2006 y 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano, incluido Kuczynski, y a Keiko Fujimori.
«No quiero ser un escollo para la unidad del Perú», declaró el mandatario en un mensaje transmitido por televisión desde la Casa de Pizarro, sede del Poder Ejecutivo, para confirmar su renuncia debido al «clima de ingobernabilidad» que «no permite avanzar».
Kuczynski denunció la «grave distorsión del proceso político» causado por la difusión de videos y audios en las últimas horas que lo hacían «injustamente parecer como culpable de actos» en los que no había participado y que por eso «lo mejor para el país es que renuncie a la presidencia».