El doctor Pablo Rosell, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), participó de la campaña 2024 del “Proyecto Amenmose”, destinado a la conservación y estudio de la tumba de Amenmose, localizada en la necrópolis de Sheikh Abd el-Qurna, en la ciudad de Luxor, Egipto. Rosell es profesor adjunto de Historia Antigua I, en Humanas.
Esta semana concluyó la cuarta campaña de trabajo del proyecto de conservación y estudio de esa tumba egipcia, que llevan adelante investigadoras del Conicet y de distintas universidades públicas argentinas desde hace más de cuatro años. Las exploradoras lograron abrir la entrada original de la antigua edificación, de más de 3.500 años, y recuperaron más de 500 objetos valiosos para su investigación, entre otros grandes avances.
La Facultad de Ciencias Humanas de la UNLPam resaltó el trabajo de los investigadores. “Felicitamos al Dr. Rosell y a las científicas y los científicos de nuestro país que participan de este proyecto. Su trabajo da cuenta del esfuerzo conjunto del sistema científico y universitario argentino, y posiciona a nuestras Universidades Nacionales, Públicas, Gratuitas y de calidad académica, en un lugar destacado a nivel internacional”, expresaron desde la facultad por las redes sociales.
Amenmose es un importante personaje del Antiguo Egipto. Su tumba es motivo de interés para arqueólogos, historiadores y conservadores, que desde 2020, con el apoyo del Ministerio de Antigüedades de Egipto, realizan trabajos de mantenimiento y conservación del histórico lugar, ubicado en el Valle de los Nobles, en la ciudad de Luxor.
Las referentes del Proyecto Amenmose detallaron que la meta de la iniciativa arqueológica es “restaurar y estudiar en profundidad” el lugar y sus destacadas pinturas y relieves, que tienen más de 3.500 años de antigüedad.

En 2022 solo podían ingresar a la tumba mediante un pequeño boquete de 50×37 centímetros por una tumba vecina. Sin embargo, al año siguiente, encontraron la entrada original a la tumba, pero estaba tapada por unos siete metros de sedimentos, lo que impedía su ingreso.
En enero, poco después del inicio de la cuarta campaña de investigación, lograron detapar la entrada e ingresar por primera vez desde allí. “Este descubrimiento incide de manera positiva en todo lo que son los trabajos de conservación de este monumento”, precisó la arqueóloga Liliana Manzi a Noticias Argentinas.
Aunque el hallazgo de la entrada era el principal objetivo de la cuarta campaña del Proyecto Amenmose, también pudieron lograr otros importantes hallazgos.
En ese sentido, Manzi precisó que se encontraron “dos tumbas más en el patio de la tumba de Amenmose (catalogada con el número 318 y las siglas TT (por Theban Tomb), abiertas en la piedra caliza”, que serán objeto de excavación en futuras campañas, sostuvo.
Asimismo, a lo largo de un mes de trabajo, los investigadores del Proyecto Amenmose, a cargo de la historiadora Andrea Zingarelli, excavaron y catalogaron más de 500 objetos. Alrededor de 130 fueron tratados especialmente en el área de Conservación, así como se realizaron 40 dibujos técnicos para ilustrar lo hallado y se tomaron alrededor de 10 mil fotografías.
“Se recuperaron ushebtis,unas figuras de arcilla o fayenza, que son ayudantes del difunto; varios fragmentos de momia; de sarcófagos; y cerámicas, que son e indicadoras de diferentes períodos cronológicos, de tiempos faraónicos y de tiempos bizantinos; y también de la población qurnawi”, agregó la especialista. La población qrnawi habitó en el lugar hasta 2006, cuando fueron reubicados en otras zonas para poder preservar las tumbas del Valle de los Nobles.
Toda la información procesada será volcada a una base de datos digital para garantizar el acceso para su estudio futuro.
La tumba fue otorgada a Amenmose en algún momento en el período entre «el reinado de Hatshepsut y Tutmosis III«, en el 1.500 antes de Cristo: en su interior se relevaron «dibujos de escenas relacionadas con la vida o biografía de Amenmose y una serie de inscripciones vinculadas tanto con su vida como con cuestiones de culto religioso y funerario«, indicó Manzi.
Para poder llevar adelante la campaña arqueológica, las científicas se valen de los fondos que logran recaudan en la página web y aplicación móvil “cafecito”.
“Básicamente el proyecto se sustenta con aportes de colegas, familiares, amigos”, contó a Noticias Argentinas la profesora de Historia Andrea Zingarelli.