A partir del próximo sábado primero de junio vuelven a aumentar los precios de los combustibles por una actualización de entre 1% y 1,5% de los impuestos a la nafta y el gasoil permitido por el Decreto 466 firmado por Javier Milei, el saliente Nicolás Posse y Luis Caputo.
Las petroleras definirá si a estos porcentajes de aumento, de entre 1% y 1,5%, se le agregará a partir del sábado la devaluación mensual habilitada por el Gobierno de 2% mensual (crawling peg) y la variación del precio internacional del barril de crudo Brent, el de referencia para la Argentina y Vaca Muerta. En este caso, el petróleo cayó de u$s89,94 en abril a los actuales u$s82,13, con lo cual las empresas no trasladarían en total más del 2% o 3,5% al precio final de los combustibles a paertir del sábado.
En junio se vencía la prórroga del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) correspondiente al último trimestre del 2023 y el Poder Ejecutivo tenía que decidir tenía que decidir si continuaba con el congelamiento dispuesto a fines de abril o si volvía a actualizarlo de acuerdo a la inflación pasada acumulada.
La decisión fue descongelar, pero aplicar un porcentaje muchísimo inferior a la inflación acumulada en los últimos tres meses del año pasado, cuando el alza de precios fue de 8,3% en octubre,12,8% en noviembre y 25,5% en diciembre, según el INDEC. Ese trimestre acumuló 46,6%.
El Decreto 466/2024 publicado en el Boletín Oficial argumentó que esta medida de alivio tiene el fin de estimular el crecimiento de la economía, garantizando un sendero fiscal sostenible, sim embargo libera a partir de julio próximo a trasladar el total de la inflación correspondiente a los primeros tres meses del 2024. “Resulta razonable diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultarían aplicables a partir del 1° de junio de 2024”, justifica la normativa.