Walter Soncini, productor ovino e integrante de la Asoproma Cooperativa Cooperativa Ganadera Regional de Mauricio Mayer, dijo que es “una lástima” que el Gobierno nacional haya decidido dar de baja el Fondo Fiduciario para la Recuperación Ovina (FRAO). “Lo usamos muchos productores en La Pampa y nos ayudó muchísimo. Yo lo saqué hace 5 años para aumentar la infraestructura y lo terminé de pagar hace quince días”, contó al ser consultado por Diario Textual.
Ayer, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció el fin de este fondo. Inmediatamente productores y referentes del sector ovino de todo el país salieron a rechazar esta medida puesto que ni las cifras económicas que el fondo administraba, ni los conocimientos se emparejan con la realidad. “Se ha decidido cerrar el Fondo Fiduciario para la Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO). Este fondo manejaba 3.000 millones de pesos por año sin ningún tipo de transparencia. Desde su creación (hace ya más de 20 años) tampoco se pudieron verificar mejoras en el sector”, anunció el vocero libertario en la red X.
El FRAO, creado mediante la Ley 25.422 de “recuperación de la ganadería ovina”, que fue sancionada en 2001, nunca recibió asignaciones anuales de la Administración Pública nacional por 3.000 millones de pesos. Actualmente la cifra rondaba los 850 millones de pesos.
Lamentaciones
Soncini dijo que “esperaban” este desenlace. “La verdad que es una lástima que hayan eliminado el fondo. Nos dio lástima, pero es algo que ya se venía anunciando… La mayoría de los integrantes de la cooperativa tuvimos estos créditos. Yo lo terminé de pagar hace quince días…”, contó.
-¿Cuánto hace que había sacado el préstamo a través del fondo?
-Cinco años. Tuve un año de gracia y cuatro para pagarlo.
-¿Para que se podían usar estos créditos?
-Por ejemplo, los que recién empezaban podían pedir el préstamo para compra de ovejas y carneros. Había también otro crédito para los que ya estaban iniciados para siembra de pasturas y finalmente otro para infraestructura, como el que saqué yo.
-¿Lo usaron mucho en La Pampa?
– Sí, mucha gente lo ha sacado y ha servido porque era un crédito bastante accesible de sacarlo y muy fácil para pagarlo.
– ¿Y qué opinión tiene sobre lo que dice el Gobierno, o por lo menos el vocero: que no había control o se usaba mal?
-En el caso mío, cuando tuve que comprar las cosas, presenté la boleta y la plata nunca pasó por las manos mías: siempre fue derecho del Gobierno al proveedor que me vendió los materiales para la infraestructura y tuve seguimiento de las veterinarias que estaban a cargo en su momento, con dos o tres visitas al campo para ver si yo había cumplido. Puede que haya habido irregularidades en otros casos, pero es una lástima que se corte para todos.
Toda una vida en el campo
Soncini tiene 43 años y vive en el campo familiar ubicado entre Eduardo Castex y Winifreda. Allí tiene 400 ovejas madres de la raza karakul, con las que produce unos 600 corderos al año.
La karakul (llamada así por Qorako‘l, una ciudad de Uzbekistán) es una raza de ovejas que se originó en Asia Central. Hay evidencias arqueológicas sobre la oveja karakul que datan del 1400 aC.
“Soy cuarta generación en este campo. Siempre en el campo hubo majadas de ovejas para consumo. Yo hace unos años que empecé a agrandarme: tengo ovejas para uso más comercial y estoy vendiendo, también, algo de genética”, dijo Soncini a Diario Textual.
-Es decir, tiene cabaña.
-No, no es cabaña porque la raza no tiene asociación en este momento. Pero es cierto que estoy trabajando ya como si fuera una cabaña.
-¿Solo karakul o también alguna otra raza?
-Tengo algunas otras razas para probar, pero la mayoría es karakul.
-¿Y por qué karakul?
-Porque mi abuelo y mi papá empezaron con la raza hace 50 años. Siempre el karakul estuvo para consumo en el campo. Y cuando empecé a trabajar en el campo, me gustó mucho la raza y vi que había interés y que eran pocos los productores que la criaban.
El problema de la falta de frigoríficos
Uno de los problemas de los productores ovinos pampeanos -principalmente de la zona de Castex, Mauricio Mayer y la zona- es la falta de frigoríficos de pequeños animales. Por eso en la región centro tienen dos alternativas: vender el animal vivo o tener que carnear el animal para luego llevarlo a los clientes de los pueblos o ciudades vecinas.
“Los frigoríficos nos quedan muy lejos. El más cerca que tenemos es Santa Isabel y cuando te ponés a descontar los números, te los lleva todo el gasto… Por eso yo vendo muchos animales vivos que se van a revendedores o algunos frigoríficos afuera (de la provincia)”, contó.
-Es necesario un frigorífico en la zona.
– Muy necesario. Es una demanda de los productores ovinos.
-Si tuviera un frigorífico cerca, ¿ha pensando en la posibilidad de hacer el troceado al vacío y así ir un negocio más “vertical”?
– Claro. La idea mía es enviar al frigorífico para que me troce los animales y me los envase al vacío, para poder vender mi propia carne y hacer incluso una marca propia.
-¿Hay demanda de la carne ovina en La Pampa?
-En La Pampa hay demanda. Hay épocas en las que no satisfacemos la demanda que hay.
-¿Y el precio?
– Hoy, más o menos está entre 4.000 a 4.500 el kilo de cordero. Es más barata que la carne vacuna.
-Históricamente, la carne ovina tenía cierta mala fama por tener mucha grasa. ¿Se mejoró genéticamente para que la carne sea más magra?
-Sí, hay un adelanto importante en genética. La carne es más magra, algo que la gente valora. En el caso del karakul, la carne es magra ya que la grasa la acumula en la cola. En este momento, estoy manejando 400 madres y produzco unos 600 corderos al año y, la verdad, nunca me alcanzan. La carne tiene un sabor único, por lo que me vuelven a comprar.
-¿Cuántas pariciones al año tienen las karakul?
-Yo estoy sacando una y media por año. Es decir, cada dos años, tres pariciones.
– ¿Los servicios son naturales o hace inseminación?
– Todo natural porque la karakul tiene esa virtud de que se sirve casi todo el año, no como otras que se estaciona más.
