La música de fondo y un murmullo que recorría la sala se quebraron con un video estruendoso sobre la bolsa de Nueva York. Unos minutos después, Javier Milei, que miraba desde un costado, en una de las entradas, caminó hasta el escenario acompañado del aplauso de unos 200 asistentes que madrugaron para escucharlo en su presentación en Wall Street. Luego de su mensaje y tocar la campana, las acciones argentinas cayeron: la mayoría de las ADRs argentinos estaban en rojo con algunas caídas que rozaban el 4%. En tanto, los bonos en dólares caían en torno al 1%.
“La Argentina se está poniendo de pie abrazando las ideas de la libertad”, les dijo Milei a los miembros de la comunidad del mundo de las finanzas –traders, inversores, analistas, abogados, directivos de empresas, ejecutivos de bancos y de fondos de inversiones– sobre el final de su mensaje, que se estiró por casi 40 minutos, y cerró con su clásico grito, “¡Viva la libertad, carajo!”.
“Estamos comprometidos con hacer el mejor gobierno de la historia y estamos convencidos de que lo vamos a lograr”, remató, según reprodujo La Nación.
Luego de su mensaje, llegó la hora de la foto buscada: Milei tocó la campana en el piso del New York Stock Exchange (NYSE) que abre las operaciones bursátiles, y se sacó la foto rodeado por los miembros de su comitiva: la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, quedaron a su lado; detrás suyo se ubicaron la canciller, Diana Mondino, y su hermana, Karina Milei, y a su derecha quedaron el embajador argentino en Washington, Gerardo Werthein, y el jefe del Consejo de Asesores, Demian Reidel.
Antes del rito, arengó a la gente en el piso levantando sus manos al grito de “¡vamos!¡vamos!”, y luego festejó con su puño cerrado. Y antes de subir al balcón para la ceremonia, y después, cuando volvió a bajar al piso, se sacó una foto cada vez que le pidieron, inmerso en su papel de celebrity de la política. Los monitores del piso de la bolsa mostraban la bandera argentina.
Ante los hombres y mujeres de Wall Street, Milei desplegó los grandes lineamientos y los objetivos que guían su administración, incluido el gran el norte de su política económica, una sinfonía para los oídos de ese público: el compromiso “inquebrantable” con el déficit cero.