Hernán Vanoli, sociólogo e investigador, difundió a través de su consultora Sentimientos Públicos la última encuesta relacionada a dos temáticas: la percepción social de casta y de los sindicatos en nuestro país. Además, el resultado a los consultados plantea el “fantasma del desempleo” y detectó “una angustia social subterránea”.
Fue un estudio de 2500 casos, con un intervalo de confianza de un 95% y un margen de error de 3 puntos.
Según el estudio, un 57% ve un Milei casta o en vías de ser casta, un 36% lo ve enfrentándola y un 7% rechaza la categoría.
“La percepción de que Milei es casta aumenta en los niveles socioeconómicos altos y en CABA. Y se reduce a un 50% en el resto del país. Un dato llamativo: desciende a un 40% entre los trabajadores informales, los cuentapropistas y los desempleados. Mientras que sube a un 65% entre los jubilados”, detalló el informe de la consultora.
“La cruzada de Milei contra la ‘Casta’ es un relato que funciona para un 36% de la población que lo apoya con alto convencimiento. Pero se puede apoyar su gestión y verlo al mismo tiempo como parte de la casta”, agregó.
“La percepción de que Milei ya es parte de la ‘Casta’ muestra una polarización socio ocupacional y territorial: los jubilados de PBA y CABA versus los informales y los cuentapropistas del resto de las provincias. Milei le puso nombre. Pero el Frankenstein se le puede volver en contra. El concepto de ‘Casta’ va más allá de quienes apoyan al presidente. Se usa y circula”, destacó la consultora Sentimientos Públicos.
Quiénes son la casta
Con relación a la pregunta de quiénes son la casta para la gente común y qué relación tiene esta casta con el presidente Javier Milei, 7 de cada 10 argentinos consideraron la hipótesis corporativa: la casta son elites de empresarios y políticos que dominan la escena hace más de una década.
Por otro lado, casi 6 de cada diez (59%) optaron por el círculo rojo mediático: incluyeron a sindicalistas y periodistas y casi la mitad (48%) señaló también a “políticos profesionales de cualquier partido”. “Sólo un 20% dijo que se salvan los de la LLA”, añadió el estudio.
También un 42% de los encuestados marcó como parte de la casta a los funcionarios con poder presupuestario y sólo un 12% a los empleados públicos.
“El señalamiento de las castas, se las defina como se las defina, aumenta cuando aumenta la edad. Los menores de 29 muestran valores diez puntos más bajos. Las excepciones: los empleados públicos (+3%) y la salvación a los políticos de LLA (+ 10%)”, aseguró la consultora.
Mientras que los sectores medios, son los que más creen en la existencia de la casta (el doble que sectores altos y bajos). “Los que más piensan como casta a funcionarios y empleados públicos, a políticos y a miembros del juego mediático”, detalló el análisis.
“La casta política existe en la imaginación social de los argentinos. Y no son los empleados públicos: la casta son las elites. Cuanto menos visibles y más tiempo están en el centro de la escena, mas casta son. Los políticos y los funcionarios -remarcó el estudio- que viven del erario público también lo son, pero en menor medida”.
Trabajo y sindicatos
La otra parte del estudio se refirió al deseo laboral y si se puede ser independiente y estar sindicalizado a la vez: un 54% de los argentinos declaró preferir un trabajo autoregulado antes que un régimen con presencialidad plena y beneficios sociales. “Y a más jóvenes, más fuerte es la tendencia”, dijo Vanoli.
Entre mujeres, la proporción es de mitad y mitad y entre hombres, el trabajo independiente crece de 60 a 40.
También se consultó por las pérdidas de fuentes de trabajo en los últimos seis meses: 7 de cada 10 argentinos conocen personalmente o a través de otros casos de pérdida de trabajo en los últimos seis meses y el número sube a un 75% entre los menores de 43 años.
“Y el nivel de conocimiento de estas situaciones es 10 puntos más alto entre las mujeres que entre los hombres, mientras que el porcentaje sube a un 80% entre cuentapropistas y desciende a un 47% entre dueños de empresas, estudios o comercios”, agregó el informe de Sentimientos Públicos.
Los habitantes de la provincia de Buenos Aires y de niveles socioeconómicos más bajos parecen tener una relación diferente con el mundo del trabajo. “Son los menos dispuestos a entrar en regímenes de trabajo flexible y son los que más conocen o escucharon de casos de personas que perdieron su trabajo”, afirmó el investigador.
Finalmente, a la consulta “Para que un país avance es indispensable que tenga sindicatos fuertes que defiendan a sus trabajadores…”, 6 de cada 10 argentinos estuvieron de acuerdo y este número es mayor en CABA y en el resto del país que en provincia de Buenos Aires.
“La idea de los sindicatos como principal problema del país disminuyó 23 puntos desde mayo de 2023 hasta noviembre de 2024. El temor al desempleo, la carestía económica y lo que es percibido como un gobierno que pretende mayor libertad laboral para las empresas parecen haber contribuido a esa notable evolución”, remató el informe.
“El sindicalismo es un refugio ante un mundo hostil, impredecible y muchas veces rapaz. Puedo no querer usarlo. Pero me tranquiliza que esté”, sostuvo Vanoli.
A modo de resumen, el informe de la consultora sintetizó:
“-Hay una tendencia generacional a valorar más los trabajos desregulados. Esta tendencia aumenta cuando sube el nivel socioeconómico y entre los hombres. Y desciende en la PBA.
-En paralelo, el fantasma del desempleo es alto, una angustia social subterránea. Se siente en la economía de subsistencia, en los jóvenes, en las mujeres cuidadoras o politizadas.
-Ante este escenario, los sindicatos vuelven a tomar consideración. Su valoración sube. Son la herramienta con la que la sociedad se defiende ante el desacople entre su deseo y sus angustias”.
