El senador nacional Daniel Pablo Bensusán (peronismo) se pronunció con dureza sobre el caso del senador Edgardo Kueider, vinculado recientemente a hechos de contrabando y alianzas políticas cuestionables. En sus declaraciones, Bensusán no escatimó en calificativos y subrayó la necesidad de diferenciarse de estas prácticas que, según él, representan “lo peor de la política” argentina.
El senador pampeano del PJ fue uno de los que votó por la expulsión este jueves del Senado al peronista disidente y ahora aliado al presidente Javier Milei, detenido la semana pasada en Paraguay junto a su secretaria y más de USD 200.000 sin declarar.
“No somos todos lo mismo. No todos entendemos a la política como moneda de cambio para beneficios personales. La política bien ejercida, con conciencia y convicciones, es nuestra mayor herramienta de transformación”, afirmó Bensusán, al marcar distancia de aquellos que, en su opinión, utilizan el poder como un medio para fines individuales.
En sus declaraciones en la red social X, Bensusán también recordó el contexto en el que el presidente Milei habría negociado apoyos legislativos mediante beneficios económicos y designación de cargos para lograr la aprobación de la Ley Bases. Según el senador, esta ley perjudica actualmente a la población argentina y refleja los costos de dichas prácticas.
Bensusán también recordó el contexto en el que el presidente Milei habría negociado apoyos legislativos mediante beneficios económicos y designación de cargos para lograr la aprobación de la Ley Bases. Según el senador, esta ley perjudica actualmente a la población argentina y refleja los costos de dichas prácticas.
En ese marco, el senador pampeano señaló directamente a Kueider como uno de los legisladores que aceptó esos acuerdos. “Kueider fue uno de ellos y hoy es aliado de Milei. Tanto es así que en Paraguay se presentó como senador de La Libertad Avanza. Así, terminó atrapado infraganti pasando más de 200 mil dólares de contrabando”, denunció.
Bensusán instó a sus colegas y a la sociedad a mantener una postura firme frente a estos hechos, argumentando que es fundamental preservar los valores éticos en la función pública. “Como senadores y personas de bien, tenemos que tomar una postura clara y contundente: la mafia política no nos representa. Hay que ir hasta las últimas consecuencias con esta escoria de la política”, concluyó.