El fiscal Andrés Torino imputó este jueves a otra persona por la muerte de los dos operarios en un registro de cloacas en Santa Rosa. Como ya había adelantado Diario Textual, el nuevo imputado se encarga del área de seguridad e higiene del obrador de la empresa Vial A: la hipótesis es que no dio la capacitación necesaria a los trabajadores.
Es el segundo imputado. El primero fue el capataz de la obra: fue el que envió a las víctimas fatales, Claudio Olgado y Ezequiel Uriarte, a bajar al sistema cloacal, pese a que no estaban capacitados ni tenían los elementos de seguridad para hacer la tarea.
El trágico hecho ocurrió el pasado 22 de octubre, en una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa.
Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
Los investigadores, hasta el momento, han determinado que Olgado bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Iriarte corrió hasta una heladería de la esquina y pidió a una empleada que llamara a la Policía o bomberos. Luego intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Ambos murieron, en el Hospital Favaloro, por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. También fue afectado un bombero que bajó a rescatarlos.
Hace diez días, la abogada querellante María Victoria Rambur dijo a Diario Textual que además del capataz hay más responsables. Entre otros, sostuvo, técnicos de seguridad e higiene que no hicieron las capacitaciones adecuadas. Uno de ellos es el que ahora fue imputado por el fiscal.
“Los empleados dijeron que durante este año tuvieron solo una capacitación de 10 minutos”, contó la letrada. “Además, no había guantes de seguridad suficientes: había uno o dos cada 25 operarios. Tampoco había cables de vida ni detector de gases”, agregó. “Ni jabón para lavarse tenían…”, aseguró.
“Tenían una escalera que no llegaba al fondo (de las cloacas). Los mandaron con un cortafierro y una masa a sacar un tapón, cuando no tenían esa función ni estaban capacitados ni alertados del peligro que corrían”, contó.
Los investigadores, además, tienen la presunción de que la empresa no había establecido los términos de distribución de funciones. En rigor, había otro empleado que estaba capacitado y autorizado a hacer esas tareas, pero ese día se ausentó por un problema personal. “Ezequiel y Claudio no debían haber estado haciendo esas tareas. Pero los presionaron tanto que fueron a hacer ese trabajo”, contó la abogada a Diario Textual.