En el comienzo de otra estación veraniega, los cuidados de la piel deben ser aún más rigurosos que en otras épocas del año para evitar los efectos de la radiación solar. Cómo deben protegerse los niños, pero también los adultos mayores que son los individuos más proclives a padecer las altas temperaturas. Se recomienda la utilización de factor 50, aunque dependiendo de cada piel y los antecedentes de la persona. Cuándo deben aplicarse las pantallas solares.
La dermatóloga santarroseña Verónica Auad dijo que los “fotoprotectores deben emplearse siempre”, tanto en invierno como verano. Valoró la existencia de una amplia variedad indicada para los distintos tipos de piel, dependiendo de las distintas edades de las y los pacientes. “No hay excusa para no usar en la actualidad un protector solar”, aseguró.
La profesional resaltó que la pantalla no sólo evita el daño solar en sí, más allá de los efectos estéticos adversos que produce la exposición a rayos solares, sino que actúa como un buen mecanismo de prevención contra el cáncer de piel, como por ejemplo el melanoma, que es lo que más ocupa a la ciencia en este momento. “Los cuidados de la piel previenen el cáncer”, aseguró. “Lamentablemente es más frecuente y afecta cada vez a personas más jóvenes, aunque tratado a tiempo la sobre vida aumenta muchísimo”.
La médica aludió a la utilización, en la medida de lo posible, de ropa con protección UV y resaltó que es primordial evitar la exposición solar entre las 10 y las 16. En cambio, los niños menores de dos años no deben ser expuestos al sol directo.
De acuerdo a la especialista, es fundamental una buena alimentación y una correspondiente hidratación, principalmente en niños y en mayores de 65 años. “Para evitar una deshidratación se recomienda beber al menos dos litros diarios de agua”, precisó en diálogo con Diario Textual.
Para sortear alguna patología es clave el autocontrol de la piel, conocer los lunares y observar si cambiaron algo en el tiempo. Es prioritaria para la salud una consulta preventiva anual al dermatólogo como regla general. Es clave que el especialista de cabecera conozca la piel del paciente, registre las lesiones que son llamativas y lleve un control en el tiempo. “Enseñarle a los pacientes qué características deben tener los lunares, su color, superficie, que la evolución en el tiempo no cambie y la asimetría entre un lunar y otro, son características que un profesional debe tener en cuenta para diagnosticar precozmente alguna atipia en eso lunares o un posible cáncer”, concluyó Auad.