Silvana Cappello, la madre de la joven asesinada Agustina Fernández, cuestionó al presidente Javier Milei por pretender eliminar la figura de femicidio del Código Penal Argentina. “Solo las familias que pasamos por tanto dolor… sabemos que no se puede retroceder…. Señor presidente Milei, su hermana (Karina) camina con custodia… nosotras, no”, expresó en las redes sociales.
“Feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género”, son los enemigos que enumeró el presidente argentino, Javier Milei, en su discurso el jueves en el Foro Económico Mundial en Davos. Después del desguace y desfinanciamiento de las áreas y los programas del Estado que defendían los derechos de las mujeres, la batalla cultural contra lo que el mandatario ultra considera “el cáncer de la ideología woke” pretende ahora dar un nuevo paso: el Gobierno intentará eliminar la figura legal de feminicidio, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad de género en listas electorales y los documentos de identidad no binarios. Para conseguirlo, deberá reunir en el Congreso una mayoría de apoyos que, por el momento, no parece tener.
El Gobierno elabora un proyecto de “igualdad ante la ley”, con el que pretende derogar leyes y reglamentaciones relacionadas con la discriminación positiva. El anuncio lo confirmó el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. “Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal. Porque esta Administración defiende la igualdad ante la ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra”, sostuvo en sus redes sociales. “Durante años han usado a la mujer para llenarse los bolsillos y desmedrar al hombre”, siguió.
Los argumentos del Ejecutivo ultraderechista consisten en que el feminismo “es una distorsión del concepto de igualdad” y esconde la “búsqueda de privilegios”, según dijo Milei en Davos.
La tipificación del feminicidio que Milei busca derogar fue aprobada por el Congreso argentino en 2012, durante el Gobierno de Cristina Kirchner, un año antes de que la Organización de Naciones Unidas instara a los países a tomar medidas ante las “proporciones alarmantes” de asesinatos de mujeres y niñas a nivel mundial. El concepto fue incorporado implícitamente en el Código Penal como agravante del delito de homicidio y penaliza con prisión perpetua al hombre que asesine a una mujer en un contexto de violencia de género. De acuerdo con un informe preliminar del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación, en 2024 hubo 252 feminicidios en el país sudamericano. A la espera de los datos oficiales definitivos, organizaciones feministas contabilizan una cifra superior.
Silvana Cappello es la madre de la joven pampeana Agustina, quien fue asesinada en Río Negro. Allí se había instalado para estudiar Medicina.
El 2 de julio 2022, Agustina Fernández fue brutalmente atacada en el interior de un departamento del complejo en el que vivía en Cipolletti. Tres días estuvo internada en el hospital Pedro Moguillansky hasta que declararon su muerte cerebral. En principio se dijo que había sido durante un robo, luego las miradas se dirigieron a Pablo Parra, su vecino, hoy único acusado por el hecho. Luego de casi dos años de espera, el miércoles 15 de mayo un jurado popular determinó que Parra es el culpable del femicidio de Agustina.
Según se determinó a partir de las pruebas recolectadas en la causa, Parra estaba obsesionado con Fernández, quiso tener una relación sentimental y no soportó su rechazo.
El asesinato ocurrió alrededor de las 19.30 del 2 de julio del 2022. Ese día, la joven tuvo un encuentro con un muchacho en el departamento que alquilaba. Al parecer, Parra se enteró de ello, lo cual fue el “detonante” del femicidio de acuerdo a los fiscales.
Ese día, por la tarde, Parra invitó a Agustina a cenar. La esperó afuera del complejo y le dijo que vaya a su departamento. La dejó sola, y minutos después regresó ingresando por la puerta trasera y atacó a Agustina. No satisfecho, con la joven ya en pisó continuó golpeándola.
Una vez cometido el crimen, Parra abandonó el lugar, desordenó un poco un sector de la habitación para simular un robo, y se llevó su celular y el de Agustina. También, se llevó las llaves de la joven.
Abandonó el departamento por el mismo lugar que ingresó y se dirigió a su vehículo. Para sostener su coartada se dirigió a comprar a una heladería y una despensa, realizó los pagos con su tarjeta y regresó a su departamento. Al encontrar a la joven tendida en el suelo, fingió sorpresa y se dirigió al departamento de su vecino para que llamaran a la policía indicando que le habían robado y que habían herido a Agustina.
El acusado continuó con su vida habitual durante ese tiempo. Se dejó ver en fiestas electrónicas y hasta dio una entrevista en la que se despegó del hecho. “Yo tengo la conciencia tranquila, soy inocente y quiero justicia para Agus. Esto se va a resolver y espero que entonces la gente me pida perdón por todo lo que estoy pasando”, dijo entonces a La Mañana de Cipolletti.
La investigación dio un giro definitivo con la aparición de una prueba clave en el patio trasero del departamento de Confluencia 1301, donde ocurrió el ataque: restos de ADN de Parra en una tela azul que quedó colgada de un rollo de alambre de púas en el patio trasero de su departamento.