El ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, renunció a su cargo luego de los incidentes del fin de semana que obligaron a suspender la final de la Copa Libertadores que River y Boca iban a jugar en el estadio Monumental de Núñez.
La salida de Ocampo llega luego de que el sábado un grupo de hinchas de River interceptara el colectivo boquense en las inmediaciones de la cancha y lo apedreara. Los vidrios rotos lastimaron en un ojo al capitán de Boca, Pablo Pérez, y a otros de los pasajeros, a lo cual se sumó el efecto del gas pimienta que se usó en los disturbios.
Lo sucedido obligó a suspender la «Superfinal» y todas las miradas quedaron puestas en el accionar de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, ya que costaba explicar cómo se había preparado el operativo que permitió que cientos de barras de River tuvieran acceso al recorrido del micro de Boca.
Ocampo había sido ratificado esta mañana en su cargo por el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, quien había adelantado que el gobierno de CABA tomaría determinaciones por los incidentes cuando concluyera la investigación. En ese momento, Santilli reconoció que «hubo fallas en el operativo», pero defendió a Ocampo y lo ratificó en su cargo. Ahora será el propio Santilli quien se ocupará del área de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.
