Un fuerte operativo de seguridad, ordenado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, reprimió a los hinchas de distintos equipos de fútbol que se concentraron frente al Congreso, para acompañar a los jubilados en una nueva marcha donde reclaman por aumentos.
Alrededor de las 16 horas, las fuerzas de Seguridad avanzaron sobre el millar de hinchas y manifestantes que se habían reunido en la plaza frente al Congreso de la Nación y habían logrado cortar la avenida Rivadavia. En respuesta, se activó el protocolo antipiquete y comenzó la represión con camiones hidrantes y gases. Los hinchas respondieron con piedras y palos.
Al comienzo, los efectivos avanzaron sobre la avenida Callao y empujaron a los manifestantes lejos del Congreso, hacia dirección de la calle Corrientes. Luego fue el turno de aquellos que quedaron en la plaza de los Dos Congresos. Con carros hidrantes, gases y balas de goma, reprimieron a los hinchas y manifestantes para llevarlos hasta la avenida de Mayo.
El sacerdote Francisco “Paco” Olveira, que integra el Grupo de Curas en Opción por los Pobres, sostuvo esta tarde que la represión de las fuerzas de seguridad sobre la marcha de jubilados es una “vergüenza” y configura una “verdadera dictadura”.
Y añadió: “Hoy, si yo fuera policía, tendría que renunciar y buscarme otro trabajo, porque no puede ser que lo único que hagan sea pegarle a la gente”.
Organizaciones de jubilados, junto a gremios, agrupaciones sociales e hinchadas de fútbol, realizaban una protesta frente al Congreso para reclamar por la prórroga de la moratoria previsional y la restitución del 100 % de los medicamentos del PAMI, entre otras demandas.