El Observatorio Universitario de Economía de la Universidad Nacional de La Pampa (Unlpam) concluyó, en un estudio reciente que fue presentado el pasado viernes, que la medición de pobreza e inflación que hace el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec) está “desactualizado” porque se mide con una canasta de 2004, por lo que no refleja el costo de vida real de los argentinos. Reveló que si se actualizara la canasta a valores de 2017/2018 la pobreza sería del 48% y no del 38% como difundió el Gobierno nacional.
Sebastián Lastiri, integrante del Observatorio, habló en Radio Textual (Radio Kermés) sobre el trabajo comparativo que hicieron junto a Micaela Bassi.
“Partimos de que la percepción generalizada es que a pesar de que el Gobierno sostiene diariamente que estamos mejor y está bajando la inflación, no nos alcanza la plata para vivir”, dijo.
Explicó que el Indec está midiendo mal la inflación. “Utiliza una canasta de consumo de 2004, cuando está claro que cambiaron las pautas de consumos de bienes y servicios. Hoy se dedica mayor parte del presupuesto mensual familiar a pagar servicios vinculados a salud, transporte, comunicaciones y vivienda para vivir dignamente”, dijo.
“Según Indec, en diciembre de 2024 una familia necesitaba 113.000 pesos para pagar luz, gas, alquiler y todos los gastos asociados a la vivienda. Habría que preguntarle a Indec adónde encontramos un lugar que permita vivir con ese dinero. Esa es la magnitud de la distorsión que contiene hoy la medición que no fue actualizada“, sostuvo.
Según Lastiri, el Indec “subestima” los fondos que destinamos a vivienda, y paralelamente “subestima la inflación y la cantidad de dinero que necesitamos para no ser pobre”.
“Lo que hicimos en el Observatorio fue actualizar la canasta de 2004 con el último dato disponible, que también lo midió Indec, de la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares 2017/18 y lo que encontramos fue que mientras la medición actual a diciembre de 2024 marcaba que para no ser pobre se necesitaba $1.024.000, con la nueva medición daba $1.600.000, es decir un 58% más de dinero para no ser pobre. Y la inflación también cambiaría: de 117% a 136%”, dijo.
“Con estos números -sostuvo Lastiri- es muy probable que si el nivel de ingreso no cambia y la canasta básica aumentó un 58%, la pobreza bien medida también aumentaría en una proporción similar, es decir, 10 puntos porcentuales. Entonces estamos hablando que en vez del 38% que difundió el Gobierno nos daría un 48%. Ahí está el fundamento de por qué el Gobierno se resiste a cambiar esta metodología. Se caería el relato en términos estadísticos”.
“En conclusión, cuando uno se pone a indagar y sale de la realidad de 140 caracteres de X, que es por donde el Gobierno comunica, encuentra la verdad de todos los días y lo que todos percibimos”, cerró Lastiri.