Con buenos indicadores sociales y económicos, la organización Fundar situó a La Pampa como una de las provincias con mejor desarrollo en el registro y funcionamiento de empresas privadas a nivel nacional. Nuestra provincia es, luego de la ciudad de Buenos Aires, la jurisdicción con más empresas por habitantes: 18 cada mil, es decir, casi unas 7 mil (buena parte, empresas agropecuarias). Las provincias con más empresas por habitante, destacó Fundar, suelen tener menos hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Y al revés: donde hay menos desarrollo empresarial, la pobreza estructural tiende a ser más alta.
Fundar hizo un informe de la situación de todo el país. “En Argentina hay actualmente 554.600 empresas formales. Es decir, unidades productivas registradas que emplean al menos a un trabajador asalariado. Esta cifra marca una caída importante respecto al pico alcanzado en 2013, cuando había alrededor de 610.000 empresas. La pérdida de casi un 9% en una década refleja, en buena medida, el pobre desempeño económico del país durante ese período”, expresó.
La fundación destacó como dos factores clave que explican la distribución geográfica de las empresas en Argentina: la población y la riqueza. Las jurisdicciones más pobladas (como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA) concentran también la mayor cantidad de empresas. De hecho, el 72% de las empresas argentinas se encuentra en esos cuatro distritos y más del 50% solamente en Buenos Aires y CABA. En contraste, provincias como Tierra del Fuego, Formosa, La Rioja o Catamarca -que están entre las menos pobladas del país- son también las que tienen menos empresas.
Desde Fundar se argumentó que un buen indicador del desarrollo es la llamada densidad empresarial (la cantidad de empresas cada 1000 habitantes o empresas per cápita). “Una alta densidad suele reflejar la presencia de capacidades productivas y está asociada con mayores oportunidades de empleo formal. Y es ese empleo formal el que, a su vez, permite mejorar los ingresos y la calidad de vida de la población. Existen grandes diferencias en la densidad empresarial a nivel territorial”, sostuvo.
“La región central del país es la de mayor cantidad de establecimientos per cápita del país. La Ciudad de Buenos Aires es, por lejos, el distrito con mayor densidad empresarial, con 43,1 empresas cada 1000 habitantes. Esto es más del doble que La Pampa que tiene 18,7 y casi el triple que Santa Fe que tiene 14,6. El caso de La Pampa es llamativo y se explica por la gran cantidad de establecimientos rurales pequeños en combinación con una baja población”, detalló el informe, que remarcó a nuestra provincia como la segunda ubicada detrás de CABA bajo este concepto de densidad empresarial.
“Las diferencias dentro de cada distrito también son marcadas”, sostuvo. “En CABA, la densidad empresarial es mayor en las comunas del norte y en el microcentro que en las del sur. En la provincia de Buenos Aires, es más alta en el interior que en el conurbano. En Santa Fe, predomina en el centro y sur frente al norte, y en Córdoba y La Pampa, es más elevada en el este que en el oeste. En estas regiones, en la mayoría de los municipios, se registran más de 20 empresas cada 1000 habitantes”.
Según el estudio de Fundar, hay una fuerte relación entre el desarrollo económico y el social. Las provincias con más establecimientos productivos por habitante suelen tener menos hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI).
Hay una relación muy fuerte entre desarrollo productivo y pobreza estructural.
Las provincias con más empresas por habitante suelen tener menos hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI). Y al revés: donde hay menos desarrollo empresarial, la pobreza estructural tiende… pic.twitter.com/u3kNfHg4Es— Daniel Schteingart (@danyscht) July 1, 2025
Explicó que el indicador de NBI mide pobreza estructural a partir de carencias materiales profundas: vivir en una vivienda precaria, no tener baño, sufrir hacinamiento, que los niños no vayan a la escuela o que el hogar tenga muchas personas a cargo y un jefe con muy bajo nivel educativo.
“Por eso, donde hay más empresas, suele haber mejores condiciones de vida. No es casualidad que CABA, La Pampa, Córdoba y Santa Fe estén entre las provincias con mayor desarrollo empresarial y, al mismo tiempo, sean las únicas donde menos del 5% de los hogares tienen NBI. A la inversa, las provincias del Norte Grande combinan bajo desarrollo productivo con los niveles más altos de pobreza estructural del país”, sostuvo el informe.
“La fuerte correlación entre desarrollo empresarial y desarrollo social se debe a varios factores interrelacionados. Primero, un tejido empresarial robusto y diversificado es clave para la generación de empleo e ingresos familiares. Segundo, una mayor demanda de mano de obra incide positivamente en los salarios. En tercer lugar, el avance empresarial -añadió Fundar- contribuye a incrementar los ingresos fiscales en las regiones, lo que a su vez proporciona más recursos para invertir en infraestructura pública como servicios básicos, transporte, educación, salud y vivienda. Esa mejora en las condiciones estructurales, eleva la calidad de vida de la población y crea un entorno más atractivo para nuevas inversiones. Por último, un mayor desarrollo empresarial refleja la existencia de múltiples capacidades productivas en el territorio. Esta diversificación de actividades productivas permite a las regiones ser más resilientes ante las fluctuaciones de sectores productivos específicos, contribuyendo a una mayor estabilidad económica y social”.
Finalmente, concluyó el estudio en que la densidad empresarial en Argentina hoy es igual que hace 30 años: “En 1996 había 11,9 empresas cada 1000 habitantes, el mismo número que en 2024. Sin embargo, hubo algunos períodos de crecimiento y otros de contracción, que en general acompañaron los ciclos económicos. De acuerdo con un estudio del ex Ministerio de Desarrollo Productivo, en el largo plazo se evidencia que cuando la economía argentina crece 1%, las empresas lo hacen en 0,5%. Esto significa que cada punto del PIB está asociado a la creación de unas 2.800 empresas”.
“La densidad empresarial de Argentina tocó un mínimo en 2002, con apenas 10,3 empresas cada 1000 habitantes. Entre 2008 y 2012 se alcanzó el máximo de la serie, con casi 15. Esa cifra se mantuvo estable hasta 2012, y desde entonces empezó a caer sostenidamente. La disminución de la densidad empresarial está en sintonía con la seguidilla de recesiones que el país sufrió en cinco de los últimos siete años”, finalizó el informe de Fundar.