En el corazón del Parque Nacional Lihué Calel, un joven puma se convirtió en protagonista inesperado al acercarse con curiosidad a una cámara trampa instalada para el monitoreo de la fauna. El momento, registrado en video y publicado por el Parque Nacional Lihué Calel, combina ternura y asombro, y pone de relieve la importancia de la tecnología en la conservación de especies.
Las cámaras trampa son herramientas fundamentales para estudiar el comportamiento de la fauna sin interferir en su hábitat. Funcionan de forma automática, capturando imágenes y videos tanto de día como de noche, incluso en zonas de difícil acceso. En el caso del puma, estos registros permiten conocer sus desplazamientos, hábitos y rol ecológico.
“El puma es un depredador tope que mantiene el equilibrio natural regulando las poblaciones de herbívoros. Su presencia es un indicador de ecosistemas saludables”, explicaron desde el Parque. Este gran felino, el segundo más grande de América del Sur después del yaguareté, puede recorrer hasta 20 kilómetros en una noche buscando alimento.
El video captado en Lihué Calel no solo muestra un instante lúdico y espontáneo, sino que también refleja el valor de la ciencia y la tecnología para preservar la biodiversidad pampeana. Cada registro es una pieza clave para diseñar estrategias de conservación que aseguren la permanencia de especies emblemáticas como el puma en nuestros paisajes naturales.
