Guido Bisterfeld, ministro de Hacienda de La Pampa, dijo este jueves que el Gobierno de Javier Milei mantiene un “dólar artificialmente pisado”, sostuvo que la “situación es altamente preocupante y no es sostenible en el corto plazo” y expresó que se va “camino a una devaluación” del peso en el país.
“La situación es altamente preocupante. Esta intervención del Gobierno dentro de las bandas cambiarias es un manotazo de ahogado, electoralista, y va en contra de los principios de las propias autoridades nacionales que sostienen que el mercado se regula solo”, expresó. “También va en contra de lo que firmaron en el FMI (Fondo Monetario Internacional), porque habían establecido que no iban a intervenir dentro de las bandas cambiarias”, dijo en declaraciones al canal Somos La Pampa. “Es una medida totalmente electoralista, con el fin de frenar la suba del dólar y que no se traslade a los precios”, expresó. “Pero con graves consecuencias: nos estamos liquidando las pocas reservas disponibles que tenemos. Eso, no tiene ningún horizonte en el corto plazo”.
El funcionario de Sergio Ziliotto dijo que el escenario es una pérdida del valor del peso. “No hay otra alternativa que la devaluación. El dólar está muy atrasado… Lo vemos, por ejemplo, en el turismo. Hoy no tenemos turismo receptivo, porque el dólar está barato y la gente se va a vacacionar al exterior; con la cantidad de productos importados; y con las dificultades que tienen las empresas exportadoras en colocar sus productos en el exterior. Todo eso es fruto de un dólar artificialmente pisado. Por eso creo que va a haber una devaluación. Porque la economía argentina es bimonetaria: debemos mantener un equilibrio entre el dólar y el peso”.
“El objetivo del Gobierno es paralizar la economía para que no se dispare la inflación y no haya una demanda de dólar”, manifestó.
“Es un objetivo que hoy por hoy lo están sosteniendo, pero no es sostenible a largo plazo. Es una olla a presión, que empezará a liberarse con una devaluación, con las consecuencias que tiene, sobre todo, en la población”, dijo.
La política cambiaria volvió al centro de la agenda luego de las tensiones de las últimas semanas. La cotización del dólar mayorista se movió con volatilidad en medio de la presión sobre las tasas y de expectativas cruzadas en los mercados financieros. En ese contexto, el Gobierno decidió modificar su esquema de intervención, lo que supuso un giro respecto de lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El cambio no pasó inadvertido: mientras el acuerdo establecía un sistema de bandas móviles, el Tesoro Nacional resolvió anticiparse a los movimientos del tipo de cambio y vender dólares aun cuando la divisa todavía se ubicaba lejos del techo previsto. Con esta decisión, el Ejecutivo buscó frenar la escalada de expectativas y enviar una señal de estabilidad en la previa electoral.
Luego del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno puso en marcha un nuevo esquema para el dólar. Puntualmente, se estableció un esquema de bandas móviles que se ajustan a un ritmo del 1% mensual. Sin embargo, las recientes tensiones cambiarias y de tasas llevaron al Ejecutivo a aplicar una estrategia que supone un giro respecto de lo pactado con el organismo internacional.
La flotación entre bandas se ubica en un punto intermedio entre la flotación libre y el tipo de cambio fijo. En este esquema, el Banco Central fija un piso y un techo dentro de los cuales el dólar puede moverse libremente según la oferta y la demanda.
Mientras la cotización permanezca dentro de esos límites, la autoridad monetaria no interviene. En cambio, si el precio de la divisa amenaza con perforar el piso o superar el techo, el Banco Central actúa comprando o vendiendo dólares, modificando tasas u aplicando otras medidas de regulación.