La planta de galletitas Tía Maruca de Chascomús cerró sus puertas y dejó sin empleo a 27 trabajadores. El resto de las plantas, por ahora, siguen en funcionamiento.
La decisión fue comunicada de manera sorpresiva por la empresa, que argumentó “cesantías” en lugar de despidos, lo que abre un frente legal en torno al pago de las indemnizaciones correspondientes.
La fábrica, situada en la esquina de Washington y Remedios de Escalada, funcionaba desde hace más de dos décadas y era considerada una de las principales fuentes de empleo en la ciudad.
Los empleados denunciaron que en los últimos meses la compañía vació la planta, retirando insumos y materia prima, hasta paralizar por completo la producción. Reclaman ahora una compensación justa para poder sostener a sus familias mientras atraviesan la incertidumbre laboral.
El Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires ya intervino en una primera audiencia con las partes, aunque todavía no hubo definiciones respecto del futuro de los trabajadores ni de las instalaciones de la fábrica.
El cierre de Chascomús se suma a la paralización de otra planta de Tía Maruca en la provincia de San Juan, en un contexto de crisis que golpea con fuerza al empleo industrial en distintos puntos del país. El resto de las plantas que posee la firma, en Luján y en Ituzaingó, por ahora siguen en funcionamiento.
