Un hombre de 38 años, con antecedentes penales registrables, fue condenado a seis meses de prisión de cumplimiento efectivo por los delitos de desobediencia judicial, lesiones leves y daño en dos oportunidades, en perjuicio de una expareja y en el marco de un caso de violencia de género.
La pena impuesta a Miguel Ángel S. fue acordada entre la fiscala Paula Soledad Duscher, el defensor particular Claudio Fuentes Mirasson y el propio imputado, quien admitió su responsabilidad. Por ese motivo, el juez de control de General Acha, Diego Ariel Asin, luego de realizar el control formal, homologó mediante sentencia el acuerdo de juicio abreviado al que habían llegado las partes.
Las pruebas reunidas por el Ministerio Público Fiscal demostraron que la víctima se presentó en el departamento del hombre después de recibir mensajes y audios de WhatsApp, a pesar de que el agresor tenía una orden de prohibición de acercamiento y contacto con ella, dictada en el marco de la Ley 26.485 de Protección Integral contra las Mujeres.
Dentro del inmueble, el hombre golpeó a su expareja en la boca, lo que le provocó lesiones constatadas por un médico. Además, arrojó su teléfono celular al piso, provocándole daños en la pantalla y afectando su funcionamiento.
En ese momento, el acusado no solo tenía vigente la orden de restricción, sino que el Juzgado de Ejecución Penal de Santa Rosa, al otorgarle el beneficio de la libertad asistida, lo había notificado de la obligación de presentarse en la Defensoría de General Acha para fijar un régimen comunicacional con su hijo.
En el fallo, Asin declaró reincidente al imputado, mantuvo la prisión preventiva y recordó que, a fines de marzo pasado, ya había recibido otra condena a seis meses de prisión efectiva por lesiones leves agravadas por el vínculo —en perjuicio de la misma víctima—, al unificarse esa causa con otra anterior de 2023.