La santarroseña Ana María Peralta (48 años) tiene enanismo y desde 2004 cobraba una pensión por discapacidad. Hace tres meses, sin aviso previo ni justificación, el Gobierno nacional le aplicó la motosierra y se la quitó. Con los $300 mil que cobraba la peleaba para vivir, pero ahora se quedó sin nada y se sostiene con la ayuda de su hermana.
La mujer contó su historia a Diario Textual para visibilizar el caso y para que Nación le devuelva su pensión, ya que es el único ingreso que tenía.
“Antes vendía pan casero, pero me tuve que mudar con mi hermana y no consigo trabajo”, dijo angustiada a este diario digital.
“Tengo enanismo y desde 2004 cobraba la pensión por discapacidad. Tengo el certificado. Hace tres meses me la suspendieron y nunca supe por qué. Hice los papeles, pero no me respondieron. Me tuve que mudar con mi hermana: antes vivía en la calle Leguizamón, en Villa Santillán, y ahora estoy en Villa Elisa”, contó.
“Estaba cobrando los $300 mil de la pensión y de un día para el otro no la cobre más. Eso me servía para vivir y pagar el alquiler. Ahora, mi hermana me está ayudando”, dijo.
El caso de Ana María es similar al de miles de personas con discapacidad a lo largo y ancho del país, que de buenas a primera dejaron de cobrar la pensión por la motosierra del Gobierno nacional, que decidió ajustar sobre uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Una situación igual vivió Joaquín Tello, de 29 años, cuyo caso fue revelado por Diario Textual. El joven tiene síndrome de down, autismo y epilepsia. Le suspendieron su pensión de $300 mil porque no realizó la revisión médica que le exigían desde Nación. El problema es que nunca se enteró de esa intimación ya que le mandaron la carta a un baldío, en Santa Rosa, y no a su domicilio.
Luego de que su caso trascendiera, incluso en medios nacionales, Nación le restituyó la pensión.
