A solo 35 kilómetros de Guatraché, en el sur pampeano, un camino de tierra conduce a un destino único: la Colonia Menonita “La Nueva Esperanza”, una comunidad que combina tradición, trabajo y sabores artesanales en un entorno que parece detenido en el tiempo.
Fundada en 1985 por familias de origen alemán y holandés que emigraron desde México, la colonia ofrece una experiencia turística diferente, donde la vida rural autosuficiente y las costumbres ancestrales invitan a una desconexión total del mundo moderno.
Un viaje en el tiempo
Al ingresar a la colonia, el visitante siente que ha cruzado una frontera invisible. No hay automóviles, sino buguis tirados por caballos que marcan el ritmo pausado de la vida menonita. Las viviendas, de arquitectura simple y funcional, se distribuyen entre talleres, granjas y almacenes.
El silencio, solo interrumpido por el canto de las aves o el sonido del martillo sobre el metal, se vuelve parte del paisaje. Allí, la electricidad solo se utiliza para el trabajo, generada por grupos electrógenos, y los hogares permanecen fieles a una forma de vida sin tecnología ni redes eléctricas.
Sabores que cuentan historias
La visita a “La Nueva Esperanza” se convierte en una experiencia gastronómica imperdible. Los turistas pueden disfrutar del pan recién horneado, los quesos artesanales, las conservas y los tradicionales varenikes, una receta de herencia alemana. Cada producto es elaborado con ingredientes naturales y con la dedicación que caracteriza a esta comunidad.

Oficios, fe y cultura viva
Los recorridos guiados, organizados junto a la Secretaría de Turismo de La Pampa, son la puerta de entrada a los oficios que sostienen la vida cotidiana de la colonia. Los visitantes pueden conocer la quesería, carpintería, zapatería artesanal y talleres metalúrgicos, donde se fabrican silos, galpones, mixers y carros que se distribuyen a todo el país.
El paseo incluye también una visita al almacén de ramos generales y al sector de comercio local. La entrada a la iglesia, por su carácter sagrado, se realiza únicamente con guía y en un clima de respeto y silencio.
Una experiencia que invita a la reflexión
“La Nueva Esperanza” no es un destino convencional. Es una inmersión cultural y espiritual, donde cada detalle —desde la vestimenta tradicional hasta la música o la comida— refleja una filosofía de vida basada en la fe, el trabajo y la comunidad.
Las visitas se realizan de lunes a sábado, exclusivamente con reserva previa, y los domingos están destinados al descanso y el culto. Es fundamental respetar las normas de convivencia, no tomar fotografías sin permiso y evitar ingresar a propiedades privadas.
Un patrimonio vivo de La Pampa
Más que una excursión, conocer la Colonia Menonita “La Nueva Esperanza” es una oportunidad para reconectarse con los valores esenciales: la sencillez, la cooperación y el vínculo con la tierra. En cada detalle —en un pan recién salido del horno o en un par de zapatos hechos a mano— late la historia de una comunidad que eligió preservar su modo de vida, y que hoy abre sus puertas al turismo con hospitalidad y orgullo.


