Hubo escenas de pánico en la mañana de este jueves en el Centro Judicial de Santa Rosa. Un hombre de 26 años de edad se presentó, alterado y con un «arma tumbera», a la Oficina Judicial y pidió hablar con el juez de Ejecución, Martín Saravia. Las empleadas, al observarlo, llamaron inmediatamente a los policías. El hombre, al observar a los uniformados, intentó activar el arma, pero no salió el tiro, dijeron fuentes judiciales a Diario Textual. El atacante, de 26 años, fue detenido.
Las «armas tumberas» son, en la gran mayoría, una copia del sistema de las escopetas del calibre 12; es decir, hay presencia de un percutor para realizar uno -o cuando las hacen de doble caño- dos tiros por vez.
La fiscal del caso es Cecilia Molinari. “Me llamaron ni bien ocurrió el evento. Cuando llegó este hombre, estaba alterado. Las chicas de la mesa de entradas de la Oficina Judicial vieron un caño, pero nunca las apuntó. Lo cierto es que como no podían persuadirlo de que se tranquilizara, avisaron a la Policía”, dijo a Diario Textual. “Cuando se acercaron los policías, armó los dos caños. Uno con tope y con otro no. Percutó el arma, pero el tiro no salió”, sostuvo.
El atacante será indagado este viernes. La fiscal pediría que se le imponga la prisión preventiva, hasta que avance la investigación.
¿Por qué pretendía hablar o atacar a Saravia? Es un misterio aún. Es que el atacante -quien había sido condenado en 2015 a prisión por un intento de robo y por un asalto y ya se encontraba en libertad- no estaba a cargo del juez Saravia.