Los despedidos de Alpargatas, la exfábrica textil que funcionaba en el parque industrial de Santa Rosa y que cerró a fines del año pasado, armaron una agrupación con la intención de luchar para reinsertarse laboralmente. Tienen entre 44 y 54 años y en muchos casos están viviendo de lo poco que les queda de la indemnización que cobraron.
La agrupación es presidida por Elsa González, a la que acompañan otros quince exoperarios y exoperarias que se quedaron sin trabajo a finales de 2018, cuando Alpargatas decidió cerrar por la caída de las ventas y la recesión.
Nerio Medina, secretario general de la Asociación Obrera Textil, explicó a Diario Textual que la idea es presentarse en el Ministerio de Trabajo de Nación y en la Subsecretaría de Trabajo de Provincia con la intención de pedir ayuda para encontrar trabajo y reinsertarse en el mercado laboral.
«Son personas de entre 44 y 54 años que quedaron excluidas y están lejos de la jubilación. Ahora se están comiendo la indemnización que cobraron y quieren emprender cosas», explicó el dirigente gremial.
La agrupación se conformó con quince miembros. Pero tienen el apoyo del resto de los despedidos y despedidas.
«De los 250 que echó a fines de 2018 Alpargatas, el 80% está sin trabajo», afirmó Medina.
Alpargatas cerró su fábrica en Santa Rosa el 24 de setiembre del año pasado y echó a la totalidad de sus operarios, alrededor de 130. Previamente había despedido a 73 y se había desprendido de un centenar a través de retiros voluntarios.
El cierre de la fábrica textil se veía venir a partir de las consecuencias que generaron las políticas económicas del Gobierno de Mauricio Macri: apertura de importaciones, mayores costos para producir y caída de ventas. Este combo fue letal para la industria textil en general y Alpargatas no fue la excepción.
Los extrabajadores de la firma textil quedaron a la deriva: cobraron la indemnización y el fondo de desempleo, pero se quedaron sin trabajo y, lo que es peor, sin la posibilidad de reinsertarse. Es que la recesión no brinda oportunidades laborales y, encima, la mayoría ronda los 50 años, lo cual complica las posibilidades de ser tomado como empleado.