Son las 12.15 horas y sobre la calle Gobernador Duval, al noroeste de Santa Rosa, aún hay escarcha en el barro. Carina Lezcano, de 31 años, se abraza a su esposo Pedro Sotelo, de 30, dentro del rancho de palos y nylon. Hay una moto, frazadas, un colchón, un perro, un foco, nenes, tierra, pasto y mucha ilusión. Esta familia es una de las veinte que tomó terrenos de la municipalidad detrás del Megaestadio, en un lugar que algunos ya bautizaron como El Nuevo Salitral, delimitado por las calles Duval, Suipacha, Neuquén y Niñas de Ayohuma. Ellos hace un par de semanas que están aquí. Pero otros recién se están instalando: hoy hubo tres nuevas familias que llegaron a ocupar esta zona.
Carina es la madre de cinco nenes, de 14, 10, 8, 3 y 1 años. Fue una de las acampantes de hace unos tres meses frente a la sede del Ipav, en reclamo de un lugar entre las 1000 casas sociales que se entregaron en la capital pampeana. “Yo alquilo en el barrio Matadero, pero no podemos seguir así. No nos dieron solución a nuestros reclamos y por eso tomamos estos terrenos que figuran como de la municipalidad”, cuenta a Diario Textual.
Dice que ya sabe en qué lugar del terreno edificará su casa. “Va a ser una casa linda”, se ilusiona. Por lo pronto, ahora la familia está necesitando la ayuda de la gente: requieren frazadas, una cocina y un caloventor.
Kevin Azcarate es otro de los que tomó un terreno, sobre la calle Neuquén. Dice que tiene 23 años, que limpia patios y que tiene un nene de 4 años. “Los terrenos están caros y no están dando casas. No me queda otra”, sostiene.
Jeremías López tiene 19 años y también tomó un terreno. Colocó alambres y palos para delimitarlo. Jeremías ahora es vecino de Kevin. “Viene un bebé en camino y necesito una casa propia”, cuenta. “Vivo de changas y la verdad que así no voy a poder nunca comprar un terreno”.