En el asentamiento El Nuevo Salitral -pegado a la laguna Don Tomás, en el noroeste de Santa Rosa- siempre hay fogatas y humo. Hay también numerosas chozas, carpas y ranchos que levantan día tras día las 130 familias santarroseñas que reclaman su porción de terreno. Hay, además, mucha solidaridad entre los ocupantes: se organizan guisos comunitarios y se han abierto «roperitos comunitarios» desde donde se reparte la ayuda de ropa y calzado que acercan al lugar los santarroseños.
Eso ocurre, por ejemplo, en el terreno de Carina Lezcano, ubicado sobre la calle Duval (entre Suipacha y Niñas de Ayohuma). Es la primera «habitante» del asentamiento, que llegó hace unos siete meses y logró, incluso, que la CPE la conecte a la red eléctrica. Allí, tal vez por ser la primera, se concentra un «roperito»: los vecinos de la ciudad le llevan ropa, frazadas, zapatillas y zapatos que Carina deja en unas cajas. «Puede venir cualquiera, revisar y llevarse lo que necesite», dice a Diario Textual.
También Carina ha organizado guisos y chocolatadas para sus vecinos. Lo mismo han hecho en otros sectores del asentamiento: por ejemplo, Graciela Insaurralde, que se instaló al lado de un gran charco. En su fogata este viernes se cocinó un guiso y una chocolatada.
Son las 18.45 del viernes, ya se ocultó el sol y un perro tipo caniche se acerca a una fogata sobre un terreno ocupado en la calle Duval, justo enfrente de la toma de agua de camiones regadores. El perrito tipo caniche está junto a Claudia y su bebé. «Ya hace como una semana que estamos acá», cuenta.
Dice que necesita de la ayuda de la gente. «Si pueden, necesito ropa y calzado para mi nena de 3 años y un changuito para mi bebé de seis meses. El changuito es para el Brian. El que tengo se rompió», cuenta.
Más allá, cerca de la Isla de los Niños, hay también necesidades parecidas. «¡Pañales!, eso creo que necesitamos para mis hermanitos», cuenta una nena de unos 7 u 8 años que dice llamarse María. «En todo en asentamiento se necesitan pañales. Hay muchos nenes chiquititos», agrega. Ya es de noche y María y otros nenes corren alrededor de las fogatas.