Iñaki (20 años) se quedó sin aceite de cannabis: en las últimas horas, ingresaron a su casa en Santa Rosa y le robaron las dos plantas de marihuana con la que sus padres, Paola Ruggero y Rodrigo Catalano, elaboraban este producto terapéutico. «No se robaron las plantas, se robaron la vida de Iñaki que es peor», dijo Rodrigo a Diario Textual.
Rodrigo y Paola cultivan marihuana desde 2016 para el tratamiento a su hijo, que padece de epilepsis refractaria. Durante 17 años, Iñaki sufrió unas 40 convulsiones por día. Para controlar las crisis, tomaba 24 pastillas diarias. Pero ese combo de medicamentos, fue sustituido por aceite de cannabis. Iñaki mejoró notablemente.
“Nos entraron anteanoche y anoche y se llevaron la planta con la que hacíamos el aceite”, dijo Rodrigo a Diario Textual. “Nos sentimos desprotegidos por el Estado…”, expresó. «Nos obligan a estar fuera de la ley por no activar la ley».
«Se llevaron la salud de Iñaki por dos pesos que venden esa planta», expresó. «Además, son plantas específicas para tratar estas patologías. No somos narcos ni delincuentes, solo una familia que quiere que su hijo viva lo mejor posible», manifestó.
“La única forma de hacerme del aceite, era con la planta que teníamos en el jardín”, agregó, por su parte, Paola. “Saltaron el tapial, la sacaron y la arrastraron”.
No realizaron la denuncia policial: no pueden ya que ese cultivo es considerado “ilegal” en el país. «No lo podemos denunciar porque es una planta que no es legal y además, no hay un registro donde se pueda decir que somos usuarios medicinales. Cuando hablamos de protección del Estado, es esto, ahora nos quedamos sin medicina para nuestro hijo, ¿qué hacemos?», se preguntó Paola.
“Lo que debe quedar en claro es que no somos delincuentes, somos pacientes. En realidad, ‘padecientes’ de una enfermedad y de la inseguridad. Sin planta legal, no hay medicina y no tenemos gente con calidad de vida”.
«Tenemos miedo. Acá en Santa Rosa mataron dos personas para robar plantas de marihuana. Yo no sé si no me apuntaban con un revolver si salía cuando los escuché y ladraban los perros. Yo los ví irse y era un muchachito», dijo.
“Nosotros estamos pidiendo un lugar para el autocultivo. Ojalá tuviéramos un lugar con seguridad para las plantas de nuestros hijos, donde estén esas cepas», dijo Paola. «Yo voy por el autocultivo, porque sé que sin la planta no hay medicina. Los fitocannabinoides, están en la planta de marihuana y lo que han querido separar, con un medicamento, no sirve a la gente. Sin planta, no hay medicina”, remarcó.
“Van a cortar las flores que tenía y luego la van a vender”, se lamentó. “Por eso le pedimos a la gente que no compre”, agregó.
