El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció que no supieron entender el “clamor” por una sociedad más justa, después de treinta años de crecimiento económico y prometió “acelerar el ritmo” de las reformas sociales como la de las pensiones, el sistema de salud y la educación. Sin embargo, no descartó la injerencia de gobiernos extranjeros fogoneando las violentas protestas en el vecino país.
“No supimos entender que había un clamor subterráneo de la ciudadanía por lograr una sociedad más justa, más igualitaria, con más movilidad social, más igualdad de oportunidades, menos abusos”, afirmó Piñera en una entrevista que publica hoy el diario español El País.
El presidente chileno, que estrenó su segundo mandato en 2018 después de estar en el poder de 2010 a 2014, reconoció que han sufrido “las tres semanas más violentas y disruptivas que yo recuerdo” y dijo que fueron provocadas “por grupos criminales organizados”, además de la delincuencia tradicional, el narcotráfico, los anarquistas y muchos más.
Las protestas, que han causado al menos 20 muertos según datos oficiales, seis de ellos ciudadanos extranjeros, se iniciaron el pasado 18 de octubre en respuesta a la suba del precio del pasaje de metro en la capital, pero se convirtieron luego en un clamor popular contra el Gobierno del conservador Piñera y las desigualdades de la sociedad chilena.
“Ahora nos damos cuenta de que la demanda social era más urgente y más profunda y hay que acelerar el ritmo”, dijo el presiente chileno. «Pero hay que tener muy claro el norte para no caer en la tentación de la demagogia y el populismo”.