Un proyecto de ley, impulsado por el senador nacional Daniel Lovera (PJ, La Pampa) busca desalentar los mails y mensajes que llegan a cualquier hora en la era de la conexión constante. Se trata de una ley de desconexión digital que aspira a lograr un uso racional de la tecnología y penalizar monetariamente a los empleadores que se contacten fuera del horario de trabajo.
«La sobreexposición tecnológica ha derivado en nuevos riesgos para la salud física y mental. Trabajadoras y trabajadores tienen contactos permanentes en línea, en cualquier momento, y por fuera de todo acuerdo contractual», explicó el senador.
La idea es establecer pautas para que luego se negocien dentro de cada convenio colectivo de trabajo: no es lo mismo para un cirujano o una obstetra, que tienen responsabilidades distintas y deben ser contactados, que en el caso de un empleado de comercio.
El teletrabajo podría alcanzar a tres millones de trabajadores en el país. Según datos de Cippec, un 30% de los trabajos en el país podrían realizarse bajo la modalidad, por lo que es un debate que recién comienza pero que plantea a cargo de quién deben estar los recursos y la infraestructura necesaria para el trabajo en internet, que en estos días de teletrabajo acelerado y pandémico, corren por cuenta del trabajador: la computadora, la conexión de internet o el servicio eléctrico.
La penalización monetaria apunta a generar un uso racional de las herramientas de comunicación en las relaciones laborales. Así el empleador lo va a pensar dos veces antes de mandar un mensaje fuera de horario. O va a programar el mensaje para que llegue más tarde, cuando se retomen las tareas, argumentó Lovera.
En ese caso, la meta es limitar el uso de los softwares de vigilancia y garantizar que el trabajador conozca a cuáles de sus datos de navegación accede la empresa.
La desconexión digital ya se aprobó en países como Francia o Alemania. En esos casos, se demostró que parte de la población, el 12%, sufría «agotamiento laboral» también conocido como «burnout». En Francia fue incluido dentro del código laboral. Y en Alemania hubo empresas vanguardistas, como Volkswagen que, en 2011, impuso el bloqueo de acceso a los servidores fuera del horario de trabajo. En Francia y Alemania se demostró que el 12% de la población sufría agotamiento laboral.