Una sola empresa se presentó para construir y colocar el techo del Megaestadio, ubicado en el Parque Don Tomás. Se trata de la empresa Cinter, de Buenos Aires, que montó el techo del anfiteatro de Villa María y del Orfeo, de Córdoba, entre otros antecedentes de obras similares. Habrá, además, otras dos licitaciones para realizar trabajos de refacción interior y el estacionamiento.
«Va a ser un techo parabólico, distinto al techo a cuatro aguas. No tiene nada que ver con el proyecto anterior», dijo el ministro Julio Bargero. En unos días, luego de analizarse en el ministerio los antecedentes de la firma, se conocerá qué oferta realizó.
De esta manera, no se usarán ni los caños ni las chapas acumuladas en los alrededores de la construcción fallida. «Lo que está plantado lo hemos hecho revisar con ensayos determinados que analizan el hormigón y toda la parte estructural y el pilotaje y no encontramos nada que nos diga que lo que está no puede ser utilizado», dijo Bargero.
Presupuesto y plazos
El presupuesto oficial de la obra es de 192 millones con valores a enero de 2018 y un plazo de ejecución de 365 días corridos. Pero el ministro dijo que este monto será actualizado por índice de inflación.
«El techo debería estar terminado en el segundo semestre del año que viene. En el interín vamos a licitar las otras partes, con lo cual estaríamos terminando el megaestadio en 2020», dijo Bargero.
Otros estadios
¿Qué antecedentes tiene Cinter? Según se indica en su página web, las actividades de la firma abarcan el diseño, ingeniería, fabricación y montaje de obras pre-industrializadas.
Entre otros trabajos similares, ha colocado estructuras techadas en el estadio Orfeo, de Córdoba; en el Polideportivo Cincuentenario, de Formosa; y en el estadio de Mar del Plata.
Historia
El Megaestadio fue una megaobra que se diseñó y se comenzó a construir en la primera gestión de Verna. La licitación la ganó en ese momento la constructora Inarco por 29.889.995 millones de pesos.
Debió haberse terminado en 2007, para los Juegos de la Araucanía, pero un fallo en el cálculo del techo impidió su finalización.
En medio de idas y venidas, el 30 de diciembre de 2010 se suscribió la paralización de la obra. Posteriormente, el 27 de julio de 2012, el entonces gobernador Oscar Jorge emitió un proyecto de ley a la Cámara de Diputados, en el cual requería que se lo autorizara a aprobar la documentación del montaje de una nueva estructura y cubierta metálica del estadio. También pidió que se lo autorizara a la compra de los caños necesarios para el apuntalamiento, los cuales debían ser prestados a la empresa para la ejecución de la obra. Y finalmente requirió que lo autorizaran a otorgar suspensiones o prórrogas de la obra fundadas en razones técnicas o climáticas.
La Legislatura se negó a aprobar ese proyecto. Principalmente los diputados del vernismo se quejaron de que la Provincia se hiciera cargo del costo del material.
Finalmente, en medio de acusaciones y de amenazas de juicios politicos, Jorge levantó la paralización y ordenó el reinicio de los trabajos. Fue el 18 de febrero de 2015. La empresa fue notificada el 27 de ese mes. Tenía un día para terminar. Obviamente que se venció el plazo y posteriormente Jorge rescindió el contrato con “culpa” hacia Inarco.
Ahora la empresa Inarco presentó una demanda en la Justicia. Dijo, en una demanda contenciosa administrativa a la que accedió Diario Textual, que los errores de cálculo en la cubierta fueron inducidos por la Provincia que no proveyó un proyecto ejecutivo para hacer los trabajos.