El Tribunal Oral Federal (TOF) 6 condenó a prisión perpetua al genocida Miguel Etchecolatz por los delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención Puente 12, que también se llamó Cuatrerismo y Brigada Güemes, y la Comisaría Primera de Monte Grande, en Esteban Echeverría. Entre las víctimas, que aún permanece desaparecida, está un santarroseño: Juan Carlos Andreotti. «Hoy esta familia descansa un poco más en paz«, expresaron los Andreotti.
La misma pena a perpetua recibió el exjefe del Área Militar 112, Federico Antonio Minicucci. Sin embargo, de los restantes siete expolicías acusados, cuatro fueron absueltos y otros tres condenados a penas de entre 6 y 8 años. Los fundamentos del fallo serán leídos recién el 27 de diciembre próximo.
La lectura del veredicto tuvo lugar en la Sala AMIA de los tribunales de Comodoro Py, durante una audiencia en la que la cuarta condena a perpetua para Etchecolatz fue la más vitoreada, así como también la que recibió el segundo oficial de mayor rango por entonces, Minicucci.

Juan Carlos Andreotti fue secuestrado cuando tenía 23 años.
La sorpresa y los abucheos llegaron después, cuando se leyeron las sentencias para los policías procesados por delitos de igual magnitud que sus superiores, aunque en menor cantidad, publicó Página/12.
El tribunal conformado por los jueces Julio Panelo, José Martínez Sobrino y Herminio Fernando Canero absolvió a José Félix Madrid y Guillermo Horacio Ornstein, subinspectores de la Dirección General de Investigaciones de la policía provincial; y a los ex cabos de la División Cuatrerismo de La Matanza, Ángel Salerno y Carlos Alberto Tarantino. Cuando estos veredictos fueron leídos, los familiares de las víctimas y demás personas que asistieron a la lectura cantaron: “Como a los nazis les va a pasar/ adonde vayan los iremos a buscar”.
En tanto, el excabo de la comisaría primera de Monte Grande, Nildo Jesús Delgado recibió una condena de 7 años de prisión por ser partícipe secundario de tormentos agravados; mientras que los ex guardias Alberto Faustino Bulacio y Daniel Francisco Mancuso recibieron penas de 8 y 6 años, respectivamente. Ambos eran responsables de la custodia de las personas secuestradas en Puente 12.
Etchecolatz, quien al oír la sentencia se puso de pie y besó un crucifijo, fue condenado por ser coautor inmediato penalmente responsable de homicidio agravado por alevosía, violación en grado de tentativa, abuso deshonesto, tormentos, y privación ilegal de la libertad agravada por violencia y amenazas. A Minicucci se le probaron los cargos por homicidio agravado por alevosía y premeditado.
El juicio que concluyó este mediodía había comenzado el 16 de octubre de 2017 y buscó la responsabilidad de los delitos de lesa humanidad cometidos contra 125 mujeres y hombres en los centros clandestinos Puente 12 y la Comisaría 1 de Monte Grande. De esas víctimas, 64 permanecen desaparecidas. Once de ellas eran embarazadas.
«No me arrepiento»
Los imputados, antes de la lectura del fallo, pudieron decir algunas palabras finales. Allí Etchecolatz volvió a mostrar su crueldad. “No me arrepiento (…) no oculto el orgullo de haber combatido en defensa de nuestra Constitución”, dijo.
Quién era Andreotti
Andreotti nació en Santa Rosa el 1º de enero de 1953. Estudió los primeros años de la primaria en la Escuela Nº 2 de Santa Rosa. A principios de 1964 ya estaba radicado con su familia en la ciudad de Buenos Aires, donde terminó la primaria en el Colegio Marianista de Caballito. El secundario lo hizo en el Colegio Carlos Pellegrini, de donde egresó. A principios de 1970 inició la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en la Inmobiliaria Andreotti Propiedades, firma de la que era su titular.
Según relató su hermana María Rosa, comenzó su militancia estudiantil en un grupo de izquierda. “Por entonces conoció a Alicia Rais, estudiante de antropología, se casaron y en 1975 nació su hija, Mariela. Juan Carlos era, por sobre todas las cosas, un ser humano sensible, cariñoso, jovial, generoso y solidario”, lo recordó. “Tenía una sonrisa franca, era muy vital, desbordaba energía. Estaba convencido de que la acción política era ‘la única vía para cambiar la sociedad’”.
Fue secuestrado el 25 de octubre de 1976, en avenida Corriente y Malabia, en horas de la tarde. Desde entonces «pasó a ser un desaparecido». Juan Carlos, tenía 23 años.
Mercedes Andreotti, sobrina de Juan Carlos, dijo su familia descansa “un poco más en paz” con estas condenas. “Hoy mi familia y la de muches otres familiares de detenides-desaparecides recibió justicia”, escribió por las redes sociales. “Hoy, después de 42 años y un día de la desaparición de mi tío Juan Carlos Andreotti tenemos justicia. Una justicia un poco amarga, sólo Etchecolatz y Minicucci condenados a perpetua en cárcel común y con pena efectiva, 2 a penas menores, 4 absoluciones. Hoy esta familia descansa un poco más en paz, que sigan los juicios de lesa humanidad, para que haya justicia para todes”.