La llamada Casa de los Pesebres sigue con sus puertas abiertas. En Coronel Gil 535, de Santa Rosa, cerca de 1.000 piezas distintas, la mayoría artesanales, confluyen en el proyecto final tal vez no buscado originalmente, pero encantador y mágico en la actualidad, en varios modelos de Pesebres que invaden todo el hogar desde entrado el mes de noviembre y hasta mitad de febrero.
El proyecto nació hace décadas por Blanca, Leonor y María Luisa Cascón -ya fallecida-. Son las hijas de Anita Faisandaz y Claudio Cascón, tradicional familia de Santa Rosa que supo tener la merecería Las Tías.
Hace 72 años, Anita comenzó, tal vez, con una práctica muy común en muchas familias: el armado de un pesebre. Fue allí que también se involucró con los años su marido Claudio que, con gran esmero, aportó ingenio y trabajo para que ese armado sea cada vez más vistoso y que crezca año a año.
Luego vinieron las hijas, que se metieron de lleno de esta construcción que pasó a ser, tal vez, un hecho histórico y un atractivo cultural y turístico. Así han convertido su hogar familiar en un paseo constante de visitantes locales y foráneos.
El director de Turismo de Santa Rosa, Federico Roitman, visitó a quienes hoy son las encargadas de continuar ese legado, Blanca y Leonor Cascón.