El Indec reveló que el uso de la capacidad instalada en la industria argentina se ubicó en diciembre en sólo el 56,6%. O, lo que es lo mismo, que el 43,4% de la infraestructura industrial del país está paralizada.
La utilización de la capacidad instalada cayó 6,7% en relación al mes anterior (noviembre) y 7,4% en comparación interanual (contra diciembre de 2017).
De esta manera, el registro de diciembre es el peor que se vio para la industria desde julio de 2002, cuando el país afrontaba una severa crisis.
El sector más afectado por el parate es el automotriz. Registró, en diciembre de 2018, un nivel de utilización de la capacidad instalada de sólo el 25,6%, inferior al de diciembre de 2017 (38,3%), como consecuencia de la disminución de la cantidad de unidades fabricadas por las terminales a partir de la menor demanda local. A eso se suman la realización de paradas técnicas, vacaciones adelantadas y suspensiones.
Otro de los segmentos en crisis es de los productos textiles, que presenta un nivel de utilización de la capacidad instalada de 32,3%, un desplome en relación al registrado en el mismo mes de 2017 (55,7%).
También indicador del mal momento fabril es el desempeño de la industria metalmecánica que registró en diciembre de 2018 un nivel de utilización de la capacidad instalada de 42,8%, inferior al de diciembre de 2017 (55,6%). Aquí, la menor utilización de las plantas se origina principalmente en las caídas de los niveles de producción de electrodomésticos y maquinaria agropecuaria.
Otros bloques sectoriales que estuvieron por debajo de la media fueron: productos del tabaco (56,0%), edición e impresión (48,9%) y productos de caucho y plástico (47,2%).