Cada vez que se entregan viviendas sociales aparecen historias de adjudicatarios que vale la pena contar. Como la de Claudia, una empleada doméstica que desde hace años estaba inscripta en el Ipav, ya no podia alquilar más y vivía últimamente “de prestada”, en una casa que alguien solidariamente le cedía. “Esto me cambia la vida”, dijo entre lágrimas a Diario Textual.
La mujer llegó este lunes muy temprano al salón Recreo Mercantil donde se sortearon las ubicaciones de las 1009 casas del Plan Techo Digno. Pidió permiso en el trabajo para poder ir. Celular en mano, se sentó en primer fila, ansiosa por conocer la ubicación de su casa.
“Hace muchos años que estoy esperando este momento”, dice. “Estoy inscripta desde el 2007. Primero alquilaba, después no pude alquilar más y me prestaron un lugar. Se hace muy difícil vivir así”, confiesa.
Cuando se anotó para la casa, Claudia tenia a su cuidado dos hijos. Pero Ahora una hija ya se independizó y quedó solamente a su cuidado un hijo, adolescente.
“Mi hijo estudia, tengo muchos gastos y se me hace difícil. Soy empleada doméstica y trabajo por hora en dos casas. Y si me sobra un tiempito hago otro trabajo. Por eso cuando vi mi nombre en el listado no lo podia creer y me puse a llorar”, recuerda mientras se saca sus anteojos para secarse las lágrimas.
El viernes le entregarán las llaves de su nuevo hogar y ya está planificando cómo será ese día tan especial en su vida. “Mi hija y mi nietita me van a ayudar a hacer la mudanza y unos amigos me ayudarán a traer las cosas porque el flete es caro y no me alcanza para pagar”, dice.
El locutor anuncia el inicio del sorteo y Claudia está expectante por conocer el número de casa que le tocará. Un sueño que se le hizo realidad.