Enzo Gauna, el acusado del asesinto de Valeria Coggiola, se negó a declarar y, en una audiencia de formalización, le dictaron la prisión preventiva hasta el juicio y lo acusaron del delito de homicidio agravado por la relación de pareja y el contexto de género.
La autopsia determinó que Valeria recibió 20 puñaladas en total: 16 en el cuello, 2 en el torso y 2 en el abdomen.
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La audiencia de formalización, que se desarrolló en la noche de este martes en los Tribunales de Pico, fue presidida por el juez de control Alejandro Gilardenghi.
La acusación la realizaron los fiscales Ivana Hernández, Guillermo Komarofky y Armando Agüero. El abogado Walter Vaccaro es el defensor del imputado.
Entre los fundamentos de la prisión preventiva estuvieron la del peligro de fuga, en atención a la pena de prisión perpetua que prevén los delitos imputados y las medidas de pruebas pendientes, las cuales podría entorpecer el imputado.
Durante el transcurso de la semana, se realizarán otras audiencias en relación a las medidas de prueba que va a requerir el Ministerio Público Fiscal.
El brutal asesinato ocurrió en una vivienda ubicada sobre calle 106 entre 23 y 25, en el barrio El Molino. Allí vivía Valeria con sus tres nenes, de 13, 12 y 3 años.
De acuerdo a lo informado por fuentes policiales y judiciales, el hecho ocurrió alrededor de las 4 de este martes. En ese momento, en la casa estaban dos de los tres nenes. El más chico se encontraba en otra casa.
Gauna había llegado a la vivienda de Coggiola alrededor de las 9 horas del lunes. Pasó todo el día y la madrugada en esa casa.
Según dijeron los investigadores, el crimen ocurrió alrededor de las 4 de la madrugada. “El asesinato fue cometido mientras los nenes dormían. El femicida se retiró a las 5 horas y el cuerpo fue encontrado alrededor de las 8 de la mañana”, dijo el fiscal Armando Agüero a Diario Textual.
El cuchillo fue hallado en la escena del crimen. “Es una cuchilla tipo carnicero”, contó el fiscal. “Murió por las múltiples heridas”, dijo.
Posteriormente se fugó en la moto de la mujer. Se fue hasta la terminal de ómnibus, donde dejó la moto y tomó un remís hasta Quemú. De allí se fue en otro vehículo hasta Catriló, donde vive su expareja, con la que tiene hijos en común.
Cuando llegó a la casa de su expareja, ya se había cambiado la ropa. Allí, en la intimidad, habría confesado el hecho. Minutos más tarde lo paso a buscar un familiar para luego entregarse en la comisaría de Catriló, donde habría confesando lo sucedido.