Más familias se sumaron en las últimas horas al asentamiento El Nuevo Salitral -ubicado al noroeste de Santa Rosa, en cercanías de la laguna Don Tomás-. Fueron, según dijeron los propios ocupantes de los terrenos, al menos media docena en los últimos dos días.
Uno de los «nuevos vecinos» es Luciano Martínez, de 18 años de edad. Es un peón de campo, que trabajó hasta hace unos siete meses en la zona de Agua Escondida (Mendoza), La Humada (La Pampa) y todo el extremo oeste pampeano.
Vivió toda su vida en un puesto de sus padres, ya del lado de Mendoza. «Tienen, en un paraje, una despencita», contó a Diario Textual. «Yo estudié en la zona y trabajé mucho, de peón, en La Humada y la región», dijo. «Ya no hay mucho trabajo y me vine para Santa Rosa, en diciembre del año pasado, con una changa de albañil. Acá conocí a mi novia, de 22 años, y en el último tiempo ya no podíamos pagar el alquiler…», dijo. «Por eso ayer decidimos instalarnos acá», contó.
La choza de Luciano, de nylon, se encuentra al lado de la toma de agua de los camiones regadores, sobre la calle Duval. Detrás se observa el Megaestadio. «Al lado se instalaron otros. Uno de ellos es mi cuñado», contó.
Este asentamiento -que se ubica principalmente sobre la calle Duval- tiene unos 700 metros de largo por 200 de ancho. Comenzó a tomar forma hace menos de un mes. Ahora hay entre 130 y 150 familias que, con numerosas chozas, carpas y ranchos que levantan día tras día, reclaman su porción de terreno.
Solidaridad, guisos comunitarios y un «roperito» en el El Nuevo Salitral